domingo, 13 de septiembre de 2009

VERDADES COMO PUÑOS

Este artículo recogido del diario PÚBLICO, refleja muy acertadamente como la derecha política y mediática manipula, utiliza y denigra un gesto de unión de la clase trabajadora comparándolo con saludos fascistas de viejas añoranzas de la derecha. Su único objetivo es levantar polvo para que los ciudadanos no vean con nitidez los logros socialistas y los estragos que los populares están realizando contra la democracia, las instituciones y al conjunto de la sociedad, sin aportar nada. Ni facturas de trajes, ni escuchas telefónicas, ni cual son esos remedios milagrosos contra la crisis, alegando siempre que hay que recortar gasto público, pero nunca dicen de donde, ni a quién repercutiría esos recortes.

Las mentiras sobre Rodiezmo

El PSOE no jaleó puño en alto la subida de impuestos que plantea Zapatero
Hacer política a golpe de titulares de periódico da la medida de la capacidad de liderazgo de aquellos que utilizan este recurso; pero cuando tal práctica implica además dar hilo a la cometa de las medias verdades, que son las peores mentiras, se convierte en un ejercicio funesto.
Sucedió el miércoles en el Congreso de los Diputados, durante el debate que reunió a los principales dirigentes políticos del país para se presume, por la razón de su elección buscar soluciones a los problemas de los españoles.
"Me quedé perplejo al ver a su partido jalear puño en alto un incremento fiscal", confesó Josep Antoni Duran Lleida dirigiéndose al presidente del Gobierno. "Hacen escenificaciones, como este fin de semana, con mucho de tizne y de naftalina", reprobó Joan Ridao. "Como titulaba hace bien poco un diario nacional, estamos A la deriva", reveló Mariano Rajoy, quien dos días antes, como pudo verse y oírse hasta que se le aplicó el oportuno tijeretazo en el vídeo promocional de un chat, no tuvo inconveniente en seguir el guión que le dictó el más avezado vendedor de periódicos para comparar el saludo socialista con el fascista: "¿Qué se diría si tú salieras con dos personas a cada lado con el brazo en alto?".
El acto en el que el presidente abrió el curso político es de UGT, no del Partido Socialista
El tiempo, que siempre refuta la impostura, ha dejado al desnudo las vergüenzas deontológicas del incomparable compositor de noticias, que no tiene reparo en hacer corta y pega con dos fotografías diferentes para confeccionar una instantánea que dé soporte gráfico al mejor adagio del peor periodismo: que la realidad no te estropee un buen titular. Verbigracia: "El PSOE jalea puño en alto que Zapatero suba los impuestos". ¿A quién le importa la letra pequeña del impecable texto escrito por el periodista que narraba los hechos?
Zapatero, un invitado
La romería política de Rodiezmo, que comenzó a celebrarse hace 30 años como reunión de confraternidad entre los mineros de Asturias y de León, y en la que José Luis Rodríguez Zapatero interviene como orador invitado desde que fue elegido secretario general de los socialistas, no la organiza el PSOE. La organiza el sindicato de la minería asturiana SOMA-UGT y allí bien puede ocurrir, como el domingo pasado, que un dirigente sindical el secretario general de FIA-UGT de Castilla y León, Manuel López García diga que el ministro de Industria, a la sazón militante del PSOE, resulta ser alguien "inexistente y poco eficaz".
Mariano Rajoy fue incitado a comparar el saludo socialista con el fascista
Se celebra la fiesta en una campa a la que puede acceder cualquiera, aunque su interés se limite a comprar una ristra de ajos. Y si bien resulta de sentido común suponer que la mayoría de los que allí acuden tengan una inclinación ideológica escorada hacia la izquierda, lo cierto es que el PSOE suprimió a comienzos de los años noventa la obligatoriedad para sus militantes de afiliarse a UGT, que no era recíproca para los miembros del sindicato, pese a que muchos, como Zapatero, mantienen las dos filiaciones.
Lo único que el presidente dijo sobre la reforma fiscal fue: "Igual que cuando había un alto crecimiento económico hemos bajado impuestos, si ahora necesitamos algo, moderadamente, pedir a algunos ciudadanos para que contribuyan a seguir con la protección social y a invertir en capital público, tecnológico, en educación, claro que lo vamos a hacer. Y estoy convencido de que hay muchos ciudadanos dispuestos a decir sí, sí puedo aportar un poco más para que el conjunto y aquella parte que más dificultades tiene pueda sobrellevar mejor esta crisis económica. Sé que hay muchos ciudadanos que piensan y sienten así" (sic). La declaración fue acogida, como otras varias, con aplausos de los varios miles de personas que allí se dieron cita, pero no fueron estas las últimas palabras de Zapatero.
Las que precedieron al levantamiento del puño que acompañó el canto de La Internacional fueron: "Este es un país solidario y por ello hay un Gobierno solidario. Esta es una fiesta solidaria y por eso entendemos, sentimos lo que queremos decir. Este es un sindicato, el Soma y UGT, que tiene historia, convicciones y compromiso de futuro. Hoy lo ha expresado aquí muy bien Cándido Méndez. Y al lado, más que nunca, en una situación de crisis económica y de desempleo, al lado de ese sindicato, de los sindicatos en general, porque son representación de los trabajadores, está y estará el Gobierno que presido y el Gobierno al que apoyáis" (sic).
La diferencia nunca es casual
El broche de cantar La Internacional con el puño alzado forma parte de la liturgia de los grandes actos del PSOE y de la UGT, como sus congresos, pero no "es el saludo comunista", por más que se empeñe Esperanza Aguirre. Los comunistas levantan el puño derecho y los socialistas, el izquierdo. Según tiene contado Julio Feo, memoria viva de la instrahistoria del PSOE de aquellos años, cuando Adolfo Suárez convocó las primeras elecciones democráticas, en 1977, "habíamos adoptado el puño y la rosa de la Internacional Socialista, aunque con una modificación: el puño que sujeta la rosa en la Internacional es el derecho y en el PSOE es el izquierdo. La diferencia no era casual, como casi nada: los comunistas saludaban con el puño derecho cerrado; por tanto, había que diferenciarse de ellos y adoptamos el puño izquierdo" (Aquellos años).
Con la que está cayendo sobre la espalda de millones de españoles, si ya bordea lo obsceno discutir sobre la estabilidad del Gobierno y el liderazgo de Rajoy, qué decir de la falsa polémica del puño. Todo por un fajo de ejemplares y un puñado de votos. ¿O es por más? Como dice Julio Feo, "la diferencia no era casual, como casi nada". En Rodiezmo, la única diferencia con otros años fue la presencia de Leire Pajín y Bibiana Aido.

34 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hombre, más inmundicia expelida por Púbico y su marxistimillonario Roures!

¡Cómo no iba el millonario de Roures a defender ese símbolo en cuyo nombre ha habido más de cien millones de muertos!

¿Logros socialistas? ¿Cuáles? ¿Los cinco millones de parados de ZP, el populismo y la mordaza liberticida del caudillo venezolano o el gualg soviético denunciado por Solzhenitsyn?

Qué poca vergüenza que todavía haya gente defendiendo tiranías ominosas, execrables e infames y que las pijas bien remuneradas de Aído y Pajín, ágrafas analfabetas hagan suyo el gesto de una de las barbaries más abyectas, viles y miserables que en la historia ha habido. Qué asco!!!

Anónimo dijo...

El puño en alto, símbolo de la concepción marxista de la lucha de clases, es al saludo fascista lo que el haz de una hoja es a su envés. Podrán no ser idénticos pero sí son indisociables, porque el otro fue reflejo del uno y ambos se retroalimentaron en su antagonismo. Entre esos dos gestos transcurre la «rebelión de las masas», vislumbrada antes que nadie por Ortega, frente al individualismo legado por la revolución burguesa. Y es que ese antagonismo ni siquiera es fruto de una radical incompatibilidad, pues como demostró el pacto Molotov-Ribbentropp, el enemigo de ayer y de mañana podía ser el aliado de hoy y, tras unos momentos de desconcierto, las respectivas masas seguían «rebelándose» dócilmente bajo el cayado de su respectivo Gran Hermano. El espejo cóncavo ensanchaba las figuras corales, el convexo las alargaba, pero los dos pertenecían a la misma atracción de feria: el colectivismo.

Los extremos se tocan, pero en este caso no sólo por el hecho de serlo. No es casualidad que Mussolini comenzara siendo socialista y, volviendo a lo nuestro, hemos visto la naturalidad con que durante las últimas décadas los vástagos de familias falangistas prosperaban en la política o el periodismo en las filas de la izquierda. Ahora que Veo 7 va a iniciar la emisión de la monumental obra de Victoria Prego sobre nuestra historia democrática y puesto que se llama El camino de la libertad, debo confesar que para alguien como yo, a quien los cantos de sirena de el Partido le producían la misma frigidez crónica que previamente había sentido ante los de la OJE o el SEU, no hubo episodio más clarificador que la efímera alianza entre el llamado PSOE Histórico en el que -con don José Prat a la cabeza- militaban los genuinos depositarios de esa «tradición» socialista y la Reforma Social Española con la que el bondadoso falangista Cantarero del Castillo pretendía consumar la «revolución pendiente». Añadiré incluso que lo ocurrido un día de la primavera del 77, cuando militantes de ambos partidos convergieron en un mitin aportando los unos el grano de arena del puño en ristre y los otros el del brazo en alto, prevalece en mi memoria como uno de esos momentos mágicos en los que el escenario se ilumina de repente con la fuerza torrencial de una herida luminosa.

En todo caso ni siquiera es necesario mirar atrás para dejar en evidencia cuánta superchería y cuánta mandanga late tras las bambalinas de los mitos morales de la izquierda, pues estos días nadie ha protagonizado la reivindicación de la susodicha «tradición» en el PSOE con más desparpajo que su número tres, Leire Pajín. Primero, porque no sólo fue una de las dos puñeteras de Rodiezmo, sino que ha venido a decir que ella siempre se ha identificado con ese gesto, seguirá haciéndolo y al que no le guste, que se aguante. Y segundo, porque en el relato de su tránsito de la adolescencia a la madurez política, tanto las ideas como los ritos iniciáticos se superponen sobre la saga de una familia tan de las que imprimen carácter, que uno llega a dudar si se trataba de los Pajín o de los Puñín.

Anónimo dijo...

Veamos cómo explicaba en 2001 la aún balbuceante Leire la trayectoria y el reparto de roles entre los Pajín-Puñín: «Es bastante significativo que en mi familia haya confiado una agrupación, una ciudad, una comarca y una comunidad. Pero es mi madre la que mantiene el control� Prefiero pensar que [lo que hay en mí] es una mezcla: la combinación de lo impulsivo y pasional de mi madre, y el sosiego y la manera de hacer política de mi padre, tranquila, a la leonesa».

Hace apenas cinco meses la ya nada balbuceante Leire, flamante secretaria de Organización del PSOE, apuntalaba esa descripción de lo que en la provincia de Alicante venía conociéndose como el Pajinato: «Tenía en casa dos modelos. Mi madre, una mujer muy luchadora y apasionada que me inculcó el feminismo. Y mi padre, un hombre de mirada larga, muy comprometido, pero mucho más reflexivo».

O sea que entre los Pajín-Puñín imperaba el corazón, pero regía la razón. El pesimismo de la inteligencia debía contrapesar, pues, al optimismo de la voluntad. Qué suerte la de la pequeña Leire: crecer en una familia de acción, atemperada por la reflexión�

De ahí que lo que más llama la atención ahora respecto al atraco político a mano armada que supone la moción de censura, apoyada en un tránsfuga del PP, en el ayuntamiento inmobiliario de Benidorm, no sea lo que acaba de hacer la madre, sino lo que acaba de decir el padre. Que la «impulsiva y pasional» pudiera tirar por la calle de en medio en un momento de ofuscación cabía dentro de lo posible, pero que el «hombre de mirada larga, muy comprometido» se convirtiera -según nuestra Redacción en Valencia- en «uno de los cerebros de la operación» no podía estar en un guión coherente con el reiterado relato filial. Y, sin embargo, lo que ha manifestado él a nuestro reportero Miquel González no deja el menor margen a la interpretación: «Ha sido un calvario, pero había que hacerlo».

Es decir que, según el padre, un imperativo categórico obligaba a la madre y a todos los demás concejales del PSOE de Benidorm, incluida una de las mejores amigas de Leire, a adulterar las reglas de la democracia, incumplir las normas del partido, falsear la voluntad popular y tomar el poder por la puerta de atrás, Concejalía de Urbanismo incluida. Vaya, vaya con los Pajín-Puñín.

Desde que el jueves se precipitaron los hechos han circulado dos interpretaciones, a cual menos edificante. O bien resulta que estos mitificados prototipos de los progenitores de izquierdas, que transmiten a la siguiente generación el fuego sagrado de la ética socialista, han resultado ser dos redomados sinvergüenzas que a la hora de la verdad anteponen la ambición y el ansia de poder no sólo a los valores democráticos y la lealtad política, sino al propio amor filial, pues nunca pudo escapárseles el roto que le hacían a su hija. O bien todo es, como ha dicho Ricardo Costa, una pantomima basada en la externalización del riesgo.

Anónimo dijo...

Yo descarto ambas alternativas porque, aun sin conocer personalmente a los Pajín-Puñín, estoy seguro de que ellos creen a pies juntillas que están haciendo lo correcto. Es más, no me cabe duda de que piensan que la mayoría de los dirigentes del PSOE harían lo mismo si estuvieran en su lugar, pues tantas décadas de militancia en un partido caracterizado por su praxis oportunista y su accidentalismo ideológico no pasan en balde. Daría cualquier cosa por poder asistir al previsible diálogo entre la sartén y el cazo que cualquier día de estos mantendrán padres e hija. Sin necesidad de remontarse a la sublevación de Asturias u otras tragedias remotas, sin necesidad de recordar siquiera los asesinatos de los GAL, producto del «decisionismo» de González, quienes ya peinan canas podrán alegar ante su retoño que el carácter controvertido de los medios nunca ha bloqueado la consecución de los fines del partido, que el PSOE siempre ha preferido ser incoherente en el poder que coherente en la oposición, que de hecho nunca se había exaltado tanto como ahora la «cintura» como atributo del buen hacer político.

¿Acaso no mantuvo tu jefe una negociación política con ETA antes y después de la T-4? ¿Acaso no hemos gobernado en Cataluña, País Vasco, Baleares y Galicia con los nacionalistas más reaccionarios antes y después de cantar La Internacional? ¿Acaso no nos saltamos reglas y consensos mucho más esenciales para el sistema que el pacto antitransfuguismo cuando aprobamos el Estatut mediante una mayoría tan mecánica como la que ahora tenemos nosotros en Benidorm? ¿Acaso no dijimos un día que bajar los impuestos era de izquierdas y ahora volvemos a las andadas de que lo único progresista es subirlos? ¿Acaso no estamos poniendo estos días como un trapo a los padres de los pijoborrokas de Pozuelo por no controlar a sus hijos, mientras pretendemos legislar que se pueda abortar a los 16 años tras consultar con «cualquier adulto» que se pase por el pub? Por algo decía Leire que su padre era de la escuela «leonesa»�

Como mañana reanudaré mi videoblog y empezaré a dar La Vuelta al Mundo con John Müller, este fin de semana no deja de resonar en mis oídos la certera letra de la sintonía del programa: «Diplomáticos, corteses, finos, urbanos, del este o el oeste, atentos, tácticos, limpios, de buen ver, ellos son la voz del pueblo y lo confunden con querer tener el poder�». ¡Ay los políticos! Ni con ellos, ni sin ellos tienen nuestros males remedio. Pero los más insoportables son aquellos tartufazos, tartufitas y tartufetes que al hacer una cucamona abriendo o cerrando los deditos de la mano mientras se tararea un fragmento de las sagradas escrituras pretenden ser más dignos que los demás. Por eso «queremos saber -necesitamos saber, debemos saber- qué hay debajo del mantel».

Anónimo dijo...

He aquí las opciones políticas poco o nada democráticas que han alzado o hecho suyo el "puño en alto":

La Pasionaria

Dolores Ibárruri, La Pasionaria (y criminal), levanta el puño junto al general Walter en la Guerra Civil.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/

Milicianos (y asesinos)

Miliacianos de la Guerra Civil cantan levantando el puño.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/PugnoChiuso.jpg.html

Vo Nguyen Giap

El general norvietnamita Vo Nguyen Giap, lugarteniente de Ho Chi Minh, levanta el puño durante un discurso.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/Vo-Nguyen-Giap.jpg.html

Mugabe

Mugabe levanta el puño durante un viaje oficial. | Lusaka Times

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/mugabe-puno.jpg.html

Daniel Ortega (1979)

Daniel Ortega levanta el puño en señal de victoria en 1979.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/Ortega-1979.jpg.html

Daniel Ortega (en la actualidad)

El dirigente nicaragüense no ha perdido el hábito de levantar el puño.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/ortega.jpg.html

El etarra Josu Ternera

Josu Ternera levanta el puño en un mitin de Euskal Herritarrok.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/josu-ternera.jpg.html

¡¡¡Qué "peazo" demócratas, eh!!!

Anónimo dijo...

Chávez

Chávez aprovecha cualquier ocasión para levantar el puño.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/chavez-clenched-fist.jpg.html

Otro etarra más, "hombre de paz" y a la sazón asesino confeso y reincidente: Otegui

Arnaldo Otegui levanta enrgicamente el puño en un mitin de Euskal Herria Berria.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/otegi1.jpg.html

Arnaldo Otegui

Arnaldo Otegui levanta el puño junto a Jone Goirizelaia, abogada y ex parlamentaria de HB, saliendo de la Audiencia Nacional.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/otegi2.jpg.html

Joseba Permach y Pernando Barrena

Los dirigentes batasunos Joseba Permach y Pernando Barrena levantan el puño durante una manifestación.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/permach-barrena.jpg.html

Evo Morales

Evo Morales y su vicepresidente cantan con el puño en alto y la banda presidencial.

El "pobrecito" y "dietético" De Juana

De Juana Chaos levanta el puño en la cama del hospital durante su huelga de hambre. | GARA

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/dejuana-puno.jpg.html

Joseba Álvarez

Joseba Álvarez, de Batasuna, levanta el puño durante un mitin.

http://www.libertaddigital.com/multimedia/galerias/puno-alto/joseba-alvarez.jpg.html

De todos los aparecidos no hay uno que no tenga manchadas las manos de sangre, desde los etarras hasta el sadinista y pederasta incestuoso Daniel Ortega pasando por el golpista venezolano Chávez o el lugarteniente de Ho Chi Min... desde luego... ¡da gusto con esta pléyade demócratas, eh!

Y algunos tiene la sinvergonzonería de seguir justificando, aplaudiendo y defendiendo semejante gesto. ¡Cuánta repugnancia!

Anónimo dijo...

Ese saludo se ha usado por todo tipo de movimientos de izquierdas: comunistas, socialistas, anarquistas y proetarras (como los de la foto), siendo un saludo oficial en la dictadura comunista China (primera paradoja, pues también lo usan algunos activistas pro-Tíbet). Su origen es muy discutido. Hay quien lo atribuye a la revolución rusa de 1917 o incluso al movimiento obrero del siglo XIX -incluso hay algunas representaciones gráficas de comienzos del siglo XX-, pero la primera noticia clara de su uso como saludo formal es de la década de 1920 en Alemania, cuando lo adoptó como saludo militar la Rotfrontkämpferbund.

Conocida popularmente como “Rot Front”, pues eso era lo que gritaban sus militantes al saludarse con el puño en alto, la Rotfrontkämpferbund (RFB, Liga de Combatientes del Frente Rojo) era el grupo paramilitar y uniformado que hacía de brazo armado del Partido Comunista de Alemania (KPD). Fue formado el 18 de julio de 1924 y junto al Sturmabteilung (el escalón de asalto del Partizo Nazi, más conocido por las siglas SA) se convirtió en uno de los elementos más violentos y desestabilizadores de la República de Weimar. De hecho, el saludo con el puño cerrado fue adoptado por el Rot Front como réplica al saludo nazi con la mano abierta, hasta tal punto que el puño se convirtió -junto con la estrella roja- en el emblema del Rotfrontkämpferbund.

Y aquí llegamos a otra paradoja en torno al uso actual de este saludo comunista por parte de quienes se definen como socialistas o socialdemócratas. Siguiendo las consignas de la Komintern y las afirmaciones hechas por Stalin en 1924 (”la democracia social es un objetivo del ala moderada del fascismo”, “el fascismo y la socialdemocracia no son antípodas, sino gemelos”), el KPD tachó de “social-fascistas” a los socialdemócratas y los señaló como sus principales enemigos, a pesar del crecimiento del Partido Nazi. Algún día publicaré aquí un artículo en el que ahondaré en otras paradojas que se dieron en aquellos momentos en Alemania, como la estrategia de acercamiento que llevó a cabo el KPD al Partido Nacional-Socialista. De momento, resulta cuanto menos surrealista que los socialdemócratas hayan acabado adoptando el saludo de los comunistas que les consideraban sus mayores enemigos en plena instauración del régimen nazi…

A partir de esos años, el puño cerrado se popularizó en el resto de Europa. En la Guerra Civil española, la propaganda roja lo calificó como “saludo antifascista” y el ejército de la República incluso adoptó una variante que mezclaba el saludo comunista y el saludo militar, llevando el puño cerrado hasta la frente. Sin embargo, en la URSS el saludo del puño cerrado apenas se usó.

Muestra de su escaso arraigo en la primera dictadura comunista es que la organización juvenil oficial, la Komsomol, utilizaba un saludo muy parecido al militar, pero levantando la mano abierta sobre la cabeza. Un saludo también usado por los jóvenes comunistas de Vietnam y de Corea del Norte (dos dictaduras afines a la desaparecida URSS), mientras que los jóvenes pioneros de China saludaban y aún saludan con el puño en alto. A diferencia del bando republicano en España, el régimen soviético mantuvo el saludo militar tradicional.

Anónimo dijo...

Otra vez enemigos usando el mismo saludo

En la segunda mitad del siglo XX, el puño en alto fue muy usado por la extrema izquierda en los disturbios violentos que promovió en París, donde se convirtió en símbolo del Atelier Populaire. El puño en alto también fue usado por bandas terroristas como ETA, en España, y las Brigadas Rojas, en Italia. Llegamos aquí a una nueva paradoja, y es encontrar con que los terroristas de ETA, que se declaran socialistas, usan el mismo saludo que buena parte de sus víctimas, del PSOE, que también se declaran socialistas.

Algo parecido ocurriría en Serbia en la década de 1990, cuando el gobierno despótico y criminal de Slobodan Milošević, al frente del Partido Socialista de Yugoslavia (antiguo Partido Comunista), se topó con la respuesta popular de Otpor!, un movimiento de resistencia que tenía un puño cerrado como emblema.

Europa abandona el puño en alto, el PSOE lo mantiene

Entre tanto, el socialismo europeo abandona el uso de ese gesto agresivo y anacrónico. En la actualidad sólo los socialistas españoles, belgas y portugueses levantan el puño en Europa, un saludo que cada vez genera más polémica como ha ocurrido en España estos últimos días. En el Reino Unido los laboristas ya no lo usan, igual que los socialistas griegos, el centro-izquierda italiano y los socialdemócratas alemanes. En Francia sólo Martine Aubry, la líder del PS, se ha mostrado en público alzando el puño, un gesto poco seguido por sus correligionarios.

En España es fácil ver ese gesto en las Juventudes Socialistas, el ala más extremista del PSOE, cuyo emblema -de un anacronismo que salta a la vista- es precisamente un puño cerrado con una estrella roja. También lo usan los partidos de la izquierda más extrema: Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Catalunya (y sus juventudes), diversas formaciones de la extrema izquierda (tanto internacionalista como independentista), así como muchos miembros del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), en especial de su facción maoísta, la Unión do Povo Galego (UPG), hegemónica en el seno de la formación frentista. Si bien en la UPG hacen el saludo comunista cuando entonan “La Internacional”, en el BNG es un gesto común al entonar el himno gallego. En el terreno sindical, el gesto es habitual en los actos de UGT y Comisiones Obreras, los sindicatos mayoritarios, el primero de ellos afín al PSOE y el segundo nacido en el entorno del Partido Comunista de España.

El puño hoy: un gesto asociado a regímenes antidemocráticos

Al otro lado del Océano Atlántico, sin embargo, el puño en alto se ha convertido en un símbolo del llamado “socialismo del siglo XXI”, un movimiento radical y populista, con muchos ingredientes nacionalistas y que está provocando un serio retroceso en las libertades y derechos fundamentales en países como Venezuela y Bolivia. Además del dictador cubano Raúl Castro, mandatarios extremistas como el sandinista Daniel Ortega (Nicaragua), el venezolano Hugo Chávez, el ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales utilizan con frecuencia ese gesto, que también usan de vez en cuando dictadores actuales como el zimbabuense Robert Mugabe y el iraní Mahmoud Ahmadinejad.

Anónimo dijo...

Por cierto, que el PSOE no es el único partido socialista que tiene problemas con este gesto tan agresivo. El pasado mes de marzo se denegó el registro del logotipo del Partido Socialista de Malasia -un puño alzado- por sus “connotaciones de violencia”.

En fin, si ya el carácter y agresivo y amenazante de un puño cerrado resulta impropio de partidos que se dicen moderados y democráticos, tanto más choca comprobar que siguen usando un gesto que nació al abrigo de una ideología totalitaria y que, más concretamente, se formalizó por primera vez en el seno de una organización violenta como la Rotfrontkämpferbund. Es muy significativo que ese polémico gesto lo usen las facciones más radicales de esos partidos, así como formaciones extremistas y violentas de todo tipo y regímenes antidemocráticos y/o populistas que están provocando un serio daño a las libertades en países de nuestro entorno cultural. El PSOE debería reflexionar sobre si un gesto así es apropiado para un partido como el de Zapatero.

Anónimo dijo...

http://4.bp.blogspot.com/_Bw2Xpb5tIqs/SqdD6mPUAOI/AAAAAAAAAbU/CZR2ATU3cE8/s1600-h/fam%C3%A9lica_legi%C3%B3n.jpg

Anónimo dijo...

Que Zapatero, Pajín, Aido o Guerra participen en estos actos donde se canta el himno de La Internacional no debe asombrarnos, tampoco parecernos algo fuera de lugar, extemporáneo, incluso totalitario. Los fascistas y los nazis, compañeros socialistas de los del puño en alto, también tenían sus cánticos, congregaciones, ritos y espadañas. Unos perecieron, otros resistieron agazapados tras la socialdemocracia edulcorada o el fallido conato eurocomunista. Los del puño derecho flojo, los del izquierdo marcial, distan en formas pero coinciden, con los del brazo alzado y otros tantos fundamentalistas, en el peor de los males que puede padecer el Hombre: ser ferviente seguidor de una religión secular. Cual musulmanes obcecados, cometiendo el mismo error de no saber separar lo mundano de lo celestial, se pavonean sin renegar de los símbolos tradicionales, sin necesidad de pedir perdón por sus crímenes ni de rectificar los fines que les sirvieron de excusa en su comisión.

Anónimo dijo...

http://ladruida.com/?p=1044

Anónimo dijo...

Los últimos creyentes en el determinismo económico que quedan en España están en la derecha. Seguidores inconscientes de la vulgata marxista, están convencidos de que el voto lo decide la economía. Los socialistas, en cambio, no creen nada de eso. De ahí que se dediquen al más lucrativo negocio electoral de la performance. A esa línea pertenecen representaciones como la de Rodiezmo, donde las eminencias del PSOE se ponen en mangas de camisa para componer un cuadro al estilo de Bertolucci en Novecento.

Helos ahí, en fiera pose de defensores del obrero, a los amigos del clan de Intermoney, que no es sociedad filantrópica, a los que conceden 140.000 millones de dinero público a la banca sin condiciones, a los campeones del paro y a los que formaron y respaldaron gobiernos que perpetraron el gran saqueo de las arcas. Hasta se atreven a cantar lo de los parias de la tierra y a levantar el puño, aunque la nueva guardia no sabe: Pajín y Aído lo hacen como si hubieran cogido una mosca al vuelo y no quisieran soltarla.

Cuanto se ve y se escucha en las aldeas Potemkin que el PSOE levanta es fruto de una memoria hurtada. Con ella teje un imaginario virtuoso que recubra los vicios de su pasado reciente: las largas vacaciones durante el franquismo; la corrupción felipista, para la que buscan ahora compensación y revancha; y la ruina que dejó aquella época dorada de poder incontestable. Es el suyo un constante ejercicio de olvido y, más que eso, de sustitución de un recuerdo por otro. El partido se blanquea y también los individuos. Alfonso Guerra ya no sabe quién fue y lanza arengas contra los corruptos. De la Vega cree que su padre, alto cargo del franquismo, fue un represaliado. Maru Menéndez no contará que formó en las azules filas de Fuerza Joven. Y así tantos otros.

En la farsa de Rodiezmo todo es incongruencia e impostura. No podía ser otro el resultado de la apropiación de la estética de los antiguos luchadores de la izquierda por quienes sólo han luchado para colocarse. Pero así es como tratan de simular una ética. Trucos de los señoritos proletarios.

Anónimo dijo...

jajaja parias de la tierra, precisamente Bibiana Aído y Pajín, en un país donde la tasa de paro entre los jóvenes llega al 40%, donde el 60% de la población es mil euristas, estás dos han tenido seguramente vidas de lo más fácil que el 90% de los jóvenes españoles, y seguramente, ningún ingeniero, médico, arquitecto... con su edad ganen lo que ellas ganan. La imagen es que debería de ser ofensiva para los propios "parias" de la tierra, si es que existieron...

Anónimo dijo...

para cuando un rodiezmo de empleadas de supermercados o de camareros explotados??? solo van mineros prejubilados, la "elite" laboral,,, para vomitar

De la farsa de Rodiezmo, yo me quedo con Arfonzo, no he visto cinismo que le pueda igualar; este andoba, según sevillanos bien informados, gente del partido y despechados, iba a porcentaje con el artista de familia, es decir con Juan, por agilizar trámites administrativos, y ahora nos deleita con el disfraz de obrero escapado de los san fermines. Verlo para creerlo.

Anónimo dijo...

Puño en alto, un saludo totalitario

En cualquier país democrático avanzado, sobre todo en Europa, los ciudadanos saben lo que significa saludar con el puño cerrado. Es el mismo saludo que exhibieron los peores asesinos de la historia: Mao, Stalin, Pol Pot, Ceaucescu y Fidel Castro, entre otros. Cualquier político demócrata que saludara así, quedaria fulminantemente descalificado. Pero "España es diferente" y los socialista Guerra, Pajín y Aído, amparados por la sonrisa complaciente del presidente Zapatero, se atreven a levantar el puño, humillando así a los millones de víctimas del comunismo, a los amantes de la libertad de todo el mundo y a la democracia, nacida precisamente para acabar con ese tipo de opresión del Estado.

Es una desvergüenza que degrada todavía más a la ya podrida democracia española.

Anónimo dijo...

La imagen es reveladora. Los socialistas Alfonso Guerra, Leire Pajín y Bibiana Aído, con el presidente Zapatero como cómplice, alzan el puño y saludan, tal como lo hicieron en el pasado los peores asesinos en serie de la historia: los comunistas Mao tse tung, Josif Stalin, Pol Pot, Nicolae Ceaucescu, Fidel Castro y otros muchos tipejos empapados en sangre.

La división entre derechas e izquierdas es una trampa en la que sólo caen ya los nostágicos y los pendejos. La única división razonable del mundo político presente es entre demócratas y totalitarios, entre los que aman la libertad y los partidarios de la tiranía.

Si aceptamos esa división, los socialistas españoles, cuando alzan el puño cerrado, se sitúan en el mismo bando que Mao, Stalin, Fidel Castro, Pol Pot y hasta Hitler y Musolini, miembros también del ejército de la tiranía, pero éstos saludando con la mano extendida, pero igual de socialista, sólo que Hitler añadiendo el antisemitismo que hoy ha rescatado curiosamente la izquierda, quizá en su honor, o el propio Mussolini que empezó sus pinitos, como no podía ser de otra forma, en el socialismo del que jamás se apartó.

Anónimo dijo...

Hubiera sido un simple gesto sin importancia, aunque cafre y nefasto; pero el hecho de ver a dos treintañeras puño en alto, como Leire Pajín y Bibiana Aído, hace pensar que vamos hacia atrás y que nos dejarán con el culo al aire por su pura y simple ignorancia.

Las citadas paisanas desconocen el magnicidio del comunismo, ignoran el origen represor, de odio y de violencia que significa el odiado gesto decimonónico.

Lo del puño en alto del ‘jefe de los descamisados’ es otro tema, porque representa simple teatro dentro de un acto para consumo interno y foto de prensa.

Don Alfonso Guerra, que dio nombre a la tapa de bar, “guerrita“; es decir chorizo frito al infierno, como se dice en Andalucía, ayudó al promotor de los GAL, Felipe González Márquez, a ‘salir corriendo’ del marxismo, por lo que no se entiende su gesto, salvo que forme parte de la mentira habitual que caracteriza al socialismo a la española.

Esa foto de un diario de tirada nacional con las dañinas treintañeras del Gobierno ‘zapateril‘, Guerra y Fernández Villa con el puño levantado ha indignado a la ciudadanía, como lo hubiera hecho un clan fascista con el brazo el alto y mano tendida.

¿Qué digo? Si algún político liberal, conservador o independiente levanta el brazo al puro estilo del Fascio, se hubiera montado ‘la de Dios es Cristo’ en todos los medios manipulados por los resortes del Gobiernos y en la prensa amarilla que alienta el desconcierto, la crispación permanente, la ‘crucifixión‘ del empresariado, el desprestigio de la CEOE y el ’santo rosario’ en honor de los ‘santurrones’ y ‘zapatones‘ sindicales.

Anónimo dijo...

Odio,represión y muerte: ésa, y no otra, es la traducción del puño en alto. Y sólo los sectarios más ignorantes o infames podrían defenderlo.

Anónimo dijo...

BURGUESAS CON EL PUÑO EN ALTO
FELIPE González dejó de alzarlo cuando el PSOE abandonó el marxismo. Zapatero tampoco lo hace. El gesto, que nació como oposición al capitalismo, es habitual entre los socialistas más jóvenes, como Pajín y Aído. ¿Tiene sentido seguir levantándolo?


Pudo haber quedado enmarcado para la eternidad en el Guernica de Pablo Picasso. El pintor lo dibujó en los bocetos preparatorios del cuadro. Se trataba de un brazo alzado, con los dedos de la mano en forma de puño, bien apretados, el símbolo y el saludo de la causa republicana durante la Guerra Civil. Picasso acabó eliminándolo del lienzo definitivo para plasmar en su lugar el cuello del caballo que relincha. Más tarde sería Rafael Alberti quien inmortalizaría el gesto en forma de cita cuando pronunció aquello de «me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta» nada más aterrizar en España, el 24 de abril de 1977, tras 38 años en el exilio.

Las mujeres que han devuelto a la actualidad el ademán tenían aquel día histórico seis meses y dos meses de edad. Leire Pajín (16 de septiembre de 1976) y Bibiana Aído (2 de febrero de 1977) no fueron las únicas que pusieron broche a la fiesta socialista de Rodiezmo levantando el brazo al son de La Internacional. Allí estaban también Alfonso Guerra y José Ángel Fernández Villa, el líder del SOMA, el sindicato minero, escoltando a Zapatero.

Pero han sido los puños de la secretaria de organización del PSOE y de la ministra de Igualdad los que más han llamado la atención, quizás porque el gesto, histórico, muy ligado a la Guerra Civil, desentona con su bisoñez. ¿Cómo pueden dos personas que apenas superan los 30 años estar con el puño en alto?, venía a decir Mariano Rajoy para luego preguntarse qué pasaría si alguien hiciera el saludo fascista, prendiendo así una polémica que ha estado encendida toda la semana.

No todos los socialistas son devotos del puño alzado. Felipe González lo eliminó de su repertorio en 1979, a la vez que extirpaba el termino marxismo de la definición ideológica del partido, durante la celebración del 28 Congreso del PSOE. No se ha visto, al menos públicamente, a Alfredo Pérez Rubalcaba, María Teresa Fernández de la Vega o a José Bono ejecutar la pose. Tampoco a Zapatero, quien ha acuñado su propia versión del gesto cerrando la mano pero dejando que el pulgar apunte al cielo. «Algún director escenográfico de campaña le ha modelado a ZP esta manera de levantar el puño, que es un híbrido de saludo comunista y saludo americano y priápico», escribía Umbral siete días antes del 11-M, al detectar el nuevo saludo del entonces aspirante a presidente.

Pero, ¿cuáles son los orígenes de esta mímica que comparten personajes tan variopintos como el sudafricano Nelson Mandela, el venezolano Hugo Chávez, el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, o el iraní Mahmoud Ahmadinejad? ¿Qué significa exactamente un gesto que un día realiza un dirigente socialista y al siguiente un militante del Bloque Nacionalista Gallego, un proetarra o un activista pro Tíbet? ¿Tiene sentido seguir alzando el puño en el siglo XXI?

Anónimo dijo...

«Supone una muestra de identidad y de respeto de ciertos valores como la solidaridad entre trabajadores, el trabajo por un mundo más justo, la defensa de los más desfavorecidos o la lucha pacífica y democrática por la Libertad con mayúsculas», dice a Crónica al respecto el coordinador general de IU, Cayo Lara. «Encaja mal que destacados dirigentes de alguna formación política pretendan utilizarlo para reafirmar esos valores cuando en la práctica sus actuaciones y las ideas que se plasman con su trabajo van por otros caminos bien distintos», añade en lo que parece una clara alusión a los protagonistas de las imágenes de Rodiezmo.

La procedencia del gesto en cuestión se difumina en los manuales de Historia. No se sabe a ciencia cierta quién fue el primero en alzar el puño. Una de las versiones con más adeptos sitúa sus orígenes en la Francia de la segunda mitad del siglo XIX cuando los obreros, ante el capitalismo salvaje puesto en práctica por Napoleón III, enarbolan el puño a modo de protesta y de exhibición de su fuerza. «Nace como un símbolo hostil, no sólo contra el capitalismo sino también contra la política burguesa», dice Guillermo Pérez Sánchez, titular de Historia Contemporánea en la Universidad de Valladolid.

Tanto Leire Pajín como Bibiana Aído gozan de una posición económica holgada. De ubicarlas en algún espectro social, probablemente ambas estarían más cerca de la burguesía contra la que habría nacido el puño que del proletariado que lo engendró. Aído, la ministra más joven de la democracia, tiene una nómina de 81.155,04 euros anuales. Como secretaria de organización, Pajín, no menos precoz -accedió al escaño de diputada con sólo 23 años- tiene un salario unos 5.000 euros al mes, a los que suma la indemnización de 90.000 euros anuales que le corresponde por haber sido secretaria de Estado de Cooperación y que cobrará durante dos años, hasta julio de 2010.

«Siempre lo he visto hacer y siempre lo he hecho. Y yo me siento orgullosa. Es un acto cargado de simbolismo tradicional que siempre se hace cuando suena La Internacional», salía al paso de la polémica Pajín, cuya batalla esta semana, más que en el brazo en alto, ha estado en la actuación de su madre en el consistorio alicantino de Benidorm.

José María Pajín y Maite Iraola, amigos desde hace tiempo de Zapatero, criaron a Leire en las ideas socialistas mientras lideraban el PSOE de Benidorm. El padre asesora ahora a la subdelegación del Gobierno en Alicante y la madre es concejal en el Ayuntamiento de la localidad alicantina, un cargo que venía ejerciendo con discreción. Hasta hace unos días.

Anónimo dijo...

LA MOCIÓN DE MAMÁ

Maite Iraola, 58 años, ha contravenido las instrucciones de su hija uniéndose, con el resto de los ediles socialistas, al tránsfuga José Bañul para desalojar del poder al PP. Una moción de censura sobre la que sobrevuela la sombra de intereses económicos. Para evitar que su propia hija la expulsara del partido -Pajín advirtió de que cualquiera que rompiese el pacto Antitransfugismo previsiblemente sería suspendido de militancia-, Maite Iraola ha anunciado que abandona voluntariamente el PSOE. Se ha abierto así una fractura entre la mujer que educó a Pajín en la cultura del puño alzado y la hija que lo levanta orgullosa cada vez que suena La Internacional.

El cántico proletario, creado en 1871 como himno de las ideas marxistas, comenzó a propagarse entre el movimiento obrero a finales del siglo XIX. A la vez que se popularizaban sus notas se extendía también el puño cerrado como acompañamiento a la letra. El gesto acabó consagrándose definitivamente en los años previos al ascenso de Hitler al poder, en la Alemania en la que germinaba el nazismo.

Fueron los uniformados del Rotfront (así se conocía a la Liga de Combatientes del Frente Rojo, organización paramilitar, creada en 1924, perteneciente al Partido Comunista Alemán) quienes lo convirtieron en su saludo y emblema como confrontación a la palma abierta que desplegaban los nazis.

Durante el periodo de entreguerras, el puño se adueñó de los barrios obreros europeos y se convirtió en elemento aglutinador de quienes luchaban contra el fascismo, ya fueran comunistas, anarquistas o socialistas. «Los cinco dedos cerrados representan la unión de los trabajadores de los cinco continentes. El gesto no ha tenido nunca, nunca jamás, intención de amenazar a nadie», dice Teodulfo Lagunero -histórico militante del PCE- desvinculándolo de cualquier connotación hostil. Lagunero, sin embargo, es partidario de su jubilación. «A mí no me parece oportuno levantarlo en público», dice, «es un símbolo de la República, una reminiscencia que nos queda a los románticos viejos, como La Internacional. Se acaba un acto de izquierdas y se canta, aunque su contenido no tiene ya sentido. ¿Dónde están los parias del mundo hoy en día?».

Anónimo dijo...

Teodulfo Lagunero tenía nueve años la primera vez que contempló el puño levantado. Fue en julio de 1936, en Guadarrama (Madrid), unos días después del inicio de la guerra. Su padre lo alzó al paso de varios camiones de milicianos fieles a la República. «Luego vi que todos los republicanos lo hacían en el frente, en el entierro de algún caído, los brigadistas internacionales... Lo identifiqué como un símbolo de ser de izquierdas», dice.

Tanto se extendió, que la República acabó convirtiéndolo en el saludo oficial del Ejército Popular e incluso acuñó un nuevo gesto a medio camino entre el saludo castrense tradicional y el denominado antifascista. El diario anarquista Fragua Social lo contaba así: «Hoy se publicará en el Diario Oficial de Guerra una disposición cambiando el saludo militar, que será en lo sucesivo de esta forma: con armas, levantando el brazo en ángulo con el puño cerrado, o sea el saludo antifascista; y sin armas, levantando el brazo con el puño cerrado a la altura de la visera». Con el triunfo del levantamiento militar, el puño alzado fue condenado a la clandestinidad y emergió la palma fascista como símbolo de la dictadura.

Curiosamente, siempre se ha considerado que el saludo fascista es una réplica del «Ave César», que Mussolini habría copiado a los romanos. Pero lo cierto es que no hay ninguna representación romana en la que aparezca el brazo y palma extendidos. Ni esculturas, ni pinturas, ni murales, ni monedas. Mussolini lo habría tomado de D'Anunnzzio, escritor nacionalista, inspirador del fascismo, quien se lo impuso a una tropa de voluntarios que él mismo comandó.

Paradójicamente, el saludo nazi -bajo el nombre de saludo Bellamy- fue utilizado por primera vez como símbolo nacional en EEUU, donde se impuso en 1892 para reverenciar a la bandera norteamericana. Roosevelt tuvo que cambiarlo en 1942 por el actual -la mano en el corazón- para distanciarse de fascistas y nazis. Hoy está prohibido realizarlo en Alemania y Austria.

El puño alzado nunca se prohibió pero poco a poco fue desterrado por la mayoría de los socialistas europeos. Los socialdemócratas alemanes lo hicieron en 1959, en el congreso de Bad Godesberg, cuando renunciaron al marxismo y con él a todos los símbolos que lo acompañaban. Actualmente sólo los socialistas españoles, belgas y portugueses lo practican.

«Es un gesto que pertenece al pasado», concluyee el historiador Guillermo Pérez Sánchez. «No tiene sentido después de la caída del muro de Berlín. A mi parecer había que haberlo enterrado ya, habría que haberlo dejado en el baúl de la Historia».

Anónimo dijo...

El gran problema del actual presidente del Gobierno no es la crisis económica, sino la crisis personal y de imagen que padece el propio Zapatero. Cualquier buen psicólogo nos diría que ZP sufre el síndrome de la cabra en el garaje, no sólo no sabe qué hace allí, sino tampoco cómo salir de allí. Su crisis particular se traduce en una falta de credibilidad y en una gran desconfianza por parte de una ciudadanía que cuando oye lo de la futura Ley de Economía Sostenible, entiende que la crisis será sostenible y sostenida por los contribuyentes con jugosas subidas de impuestos. No se trata de vapulear a ZP, pero un presidente de gobierno que ha estado durante casi seis años más preocupado por el pasado —léase Ley de Memoria Histórica, etc.— que por el futuro, no puede venir ahora a resolver los graves problemas con cuatro parches y un funeral.

Desde Moncloa han lanzado la consigna de que Zapatero ya propuso cuando estaba en la oposición medidas para sustituir la economía del ladrillo por un nuevo modelo productivo. De acuerdo, aceptemos que así fuera, pero entonces, ¿qué ha hecho durante sus años de Gobierno para remediar lo que él mismo denunció? Nada, intentar cambiar el pasado en vez de reparar el presente para mejorar el futuro.
Este miércoles, cuando el presidente ordenaba desde el Congreso que preparemos la billetera porque necesita 15.000 millones de euros más para ir tirando —y nunca mejor dicho lo de “ir tirando”—, todos los periódicos, incluido El País, anunciaban que el Banco Mundial, la OCDE y el Foro de Davos sitúan a España en la cola de Europa en educación y competitividad, y que ello amenaza gravemente nuestra recuperación económica. Lo que más criticaban era que España es uno de los países en los que es más difícil contratar trabajadores al tener un mercado laboral “altamente inflexible”, y donde es más complicado crear una empresa, por la cantidad de burocracia que se exige. Para que no todo sean lágrimas, España, que tantas dificultades pone para crear una empresa, saca su mejor nota a la hora de —¡agárrense los machos!— dar facilidades para cerrarla. ¡Olé!, ni una película de Berlanga superaría este surrealismo de economía estrafalaria.

Anónimo dijo...

Una película, que bien podría titularse: “Si la crisis no me arruina primero, lo hará con los impuestos Zapatero”, y que si algún día se llega a filmar no podrá obviar la imagen folclórica del gran festín socialista de Rodiezmo. Y no hace falta ser la Condesa de Puñoenrostro para que la imagen de Leire Pajín y Bibiana Aído con el puño alzado nos provoque una pasmosa sonrisa. El socialismo decimonónico mantiene esta vieja costumbre, pero cuando vi a Leire y a Bibiana con su mano izquierda en posición de jugar a los chinos no pensé en Pablo Iglesias, ni en Paul Lafargue, me vino más esa otra imagen de moda de las dos gatas de plástico fino que anuncian una cerveza sin alcohol, Mixta, y que se pasan el día con el brazo arriba y abajo, arriba y abajo... Incluso las pueden comprar por 10 euros en el chino de su barrio, me refiero a las gatas de plástico fino.

¿A dónde se fueron las estilosas portadas de la revista Vogue repletas de ministras de alta compostura? ¿Sabía la vicepresidente De la Vega —qué mona va siempre esta chica—, que Pajín y Aído iban a poner en peligro el look del Gobierno? Es cierto que a primera vista no hay nada malo en ellas, simplemente que su exhibicionismo de axila abierta y puño cerrado chirría por lo postizo y anacrónico que resulta. Después de ver la imagen, en la que también aparece Alfonso Guerra con unas gafas oscuras que bien pudieran ser un regalo de Carlos Fabra, el del PP de Castellón, uno se pregunta varias cosas. Por ejemplo, cuando Bibiana Aído va a hacerse la pedicura, que se la hace, a diferencia de Leire Pajín que se corta ella sola las uñas de los pies, ¿Bibiana entra en el salón de belleza con el puño en alto? ¿Saluda al personal en plan “Hola camaradas, la ministra-compañera de igualdad ya está aquí y pide pedicura francesa, con ribete blanco en el extremo de la uña”? Sea como fuere, queda claro, que la compañía teatral del puño cerrado no nos va a sacar de la crisis, pero ¡pardiez!, motivos para reír y llorar no nos van a faltar.

Anónimo dijo...

La reciente imagen de algunos militantes socialistas levantando el puño en alto al son de «La Internacional» ha vuelto a abrir el debate sobre los símbolos políticos. Ciertamente, muy pocos han estado tan relacionados con el derramamiento de sangre que el puño en alto.
El 19 de septiembre de 1918, Grigori Zinóviev, uno de los bolcheviques más cercanos a Lenin escribía en «Severnaya Kommuna»: «Para deshacernos de nuestros enemigos, debemos tener nuestro propio terror socialista. Debemos atraer a nuestro lado digamos a noventa de los cien millones de habitantes de la Rusia soviética. En cuanto a los otros no tenemos nada que decirles. Deben ser exterminados». Las palabras no por sobrecogedoras resultaban menos elocuentes. Zinóviev abogaba con absoluta sangre fría por asesinar a diez millones de personas – casi el doble de los judíos exterminados por los nacional-socialistas durante el Holocausto – como medio para implantar el socialismo en Rusia. Desgraciadamente, el sueño socialista costaría diez veces más vidas y entre ellas se encontraría la del propio Zinóviev, liquidado en el curso de una de las purgas estalinistas. Desde luego, ni Zinóviev ni Stalin hicieron otra cosa que seguir los textos fundacionales del socialismo. Ya Marx había advertido que para llegar al paraíso socialista había, previamente, que implantar la dictadura del proletariado que se desharía físicamente de todos sus adversarios sin el menor reparo.
Precisamente por ello cuando los bolcheviques de Lenin dieron un golpe de Estado en octubre de 1917 que les permitió aniquilar la república rusa adoptaron dos medidas inmediatas: la creación de una terrible policía secreta (la Cheká) y el establecimiento de la primera red de campos de concentración de la Historia, el Gulag, más de década y media antes que Hitler. Entre 1825 y 1917, los tribunales zaristas habían dictado seis mil trescientas veintiuna sentencias de muerte, incluyendo delitos comunes y los que, al final, fueron indultados. En septiembre y octubre de 1918, la Cheká fusiló a unos quince mil presos políticos. En otras palabras, en apenas sesenta días, el socialismo había más que doblado las ejecuciones zaristas. Cuando concluyó la guerra civil rusa –la más sangrienta y destructiva de todo el siglo XX– el socialismo había fusilado, puño en alto y a los sones de «La Internacional», a no menos de un cuarto de millón de campesinos nada entusiasmados ante la idea de la socialización del campo. Para alcanzar esa meta, Lenin ordenó incluso que se utilizara – década y media antes de Auschwitz – el gas contra civiles. Por desgracia, era tan sólo el principio. A esas alturas, resultaba obvio que la implantación del socialismo sólo era posible si se permitía que una exigua minoría autolegitimada acabara con el régimen democrático y utilizaba el terror de masas exterminando clases enteras y apoyándose en aparatos represivos desconocidos hasta entonces.
Con Stalin llegó a haber más de diez millones de personas en el gulag, en situación de paz. Y, sin embargo, para muchos el primer estado socialista de la Historia era la referencia obligada. Durante los años veinte, los bolcheviques inventaron todos los recursos de la propaganda de izquierdas, desde el uso de supuestos artistas e intelectuales a la firma de manifiestos, pasando por las manifestaciones pacifistas que nunca se dirigían, por supuesto, contra la Unión soviética o el calificativo de «fascista» para el que denunciara los crímenes socialistas. El modelo siempre fue el mismo. Del Frente popular español –que contó con 225 checas tan sólo en Madrid durante la guerra civil– a Mao Ze Dong, pasando por Fidel Castro, Pol-Pot o Kim il Sung, los puños en alto, las pañoletas rojas y el canto de «La Internacional» fueron acompañantes indispensables del aplastamiento de las libertades y de la creación de sistemas políticos que sembraron la miseria y la muerte. Hasta sumar cien millones de muertos. Ni el propio Führer con su socialismo racial llegó a tanto.

Anónimo dijo...

El profesor Ramón Tamames, que fue del PCE en los tiempos difíciles, acuñó la brillante sentencia que tanto irritó a los socialistas en los primeros pasos de la Transición. «El PSOE: Cien años de honradez y cuarenta de vacaciones». Durante el franquismo, guste o no guste, sólo dos bloques hicieron oposición. El comunismo y los monárquicos de Don Juan, a los que llamaban, nos llamaron, «cabrones estorileños». El PSOE desapareció. Muchos franquistas, provenientes de Falange Española, guardaron sus camisas azules y se afanaron en su purificación. Los socialistas de verdad cabían en un taxi. Sucedió que el comunismo no podía representar, en una democracia, ni a la izquierda ni a la libertad. Y lógicamente, fue el socialismo el que creció desmesuradamente para convertirse en el primer partido de la Oposición y posteriormente, en el del Gobierno. Muchos de ellos, levantaron el puño por primera vez al son de «La Internacional». Les parecía un gesto «obrero».
Como a Leire Pajín y Bibiana Aído. Razón le sobra a Rajoy cuando les pide a los socialistas del siglo XXI que abandonen el puñerío en alto. Europa se dividió entre puños en alto y manos extendidas, y el resultado fue pavoroso. Las manos extendidas se extinguieron en España voluntariamente, pero los puños en alto se siguen exhibiendo en concentraciones ridículas, como la de Rodiezmo. Lo de las dos chicas de adorno de Zapatero con el puño en alto se me antoja cómico. Leire es una hija de familia muy adinerada de Benidorm, y lo de su puño, como poco, choca y no se sostiene. Lo que sí sostiene Leire mientras alza el puño son sus gafas de marca, que se mantienen bellamente ancladas por sus patillas en el escote de su proletario conjunto color caza. Y ese puñito de Bibiana, más fino que el de Leire, se levanta sin convicción, porque no ha entrenado el gesto. El de Alfonso Guerra sí. Es puño antiguo, resentido, provocador y tenso. Y Zapatero, que en esto es más joven y comedido, pasa de la zalema proletaria y no levanta ni las cejas.
En Europa, los partidos socialistas y socialdemócratas –por ahí va el camino–, se han olvidado de los puños levantados, sobre todo en la Europa libre del Este, que no guarda un buen recuerdo de la seña y el arrumaco manual. Todo muy casposo y viejo para que dos floreros políticos se diviertan recuperándolo. Lo que extermina, siempre es odioso, y con la mano extendida y el puño levantado se ha asesinado en España y el resto de Europa a centenares de millones de seres humanos. Los gestos que producen rechazo o memoria de enfrentamiento tienen su sitio. El olvido o la basura.
Lo de Guerra tiene su explicación. Alfonso Guerra es uno de los que cabían en aquel taxi sevillano que movía al socialismo español de un lado a otro. Guerra vuelve a su juventud cuando levanta el puño. Pero el socialismo de Alfonso Guerra es como el «espíritu del 12 de febrero» de Arias Navarro. Una mentira superada. El problema lo tenemos con las niñas, que crecieron en una España libre y aparentemente reconciliada. Merecen un somero cachete en el pompis. Porque si escribo que merecen una patada en el culo, me acusarían de maltratador de género. Puñeteras.

Anónimo dijo...

El curso ha comenzado en Rodiezmo con su mitin, mi señor Zapatero, pero no puede decirse que nos haya aclarado de manera satisfactoria ninguna de las dudas que teníamos el mes de agosto. Un suponer, cuando nosotros mandamos tropas armadas a países en los que hay un conflicto bélico, van en misiones de paz, no cuando las manda el PP, que van en misiones de guerra. En particular, me ha parecido impresionante su equiparación de los incendios que han asolado Galicia este verano con la marea de chapapote que produjo el hundimiento del Prestige. Pudo usted comparar el número de víctimas mortales que hubo en ambos casos, dar algún dato sobre los años que tardará en recuperarse el medio ambiente en uno y otro caso, comparar los daños económicos, evaluar las negligencias de las administraciones, Xunta a Xunta y Gobierno a Gobierno, pero no. Pidió a los asistentes que comparasen cómo había tratado TVE lo del ‘Prestige’ y cómo lo de los incendios. En resumen: nosotros sí que lo hacemos todo bien, no como los del PP, que todo lo hacían mal.


Dibuja usted un mundo binario que resuelve en pequeñas antítesis: paz-guerra, bien-mal, desinterés-egoísmo, izquierda-derecha y todo así. Me llamó un poco la atención que no dijera usted una palabra sobre el proceso de paz, cuando lo tenía tan fácil: nosotros estamos desarrollando en Euskadi un proceso de paz, no como el PP, que estaba en un proceso de guerra. No dijo usted ni una palabra sobre el último acto de kale borroka que, unas horas antes, habían perpetrado unos encapuchados contra la Subdelegación del Gobierno en Alava, sin que la respuesta del Gobierno haya pasado del nivel de su delegado en el País Vasco. ¿Clara voluntad de poner fin a la violencia?¿Actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción? Esos eran los requisitos de la resolución parlamentaria que le autorizaba a establecer procesos de diálogo con “quienes decidan abandonar la violencia”. Están ustedes en ello y darán cuenta de las conversaciones a finales de mes. Pero se les ha perdido el interlocutor. ¿Alguien ha manifestado su decisión de abandonar la violencia?¿Qué quiere decir ‘clara’ e ‘inequívoca’?

Anónimo dijo...

El trasnochado aquelarre obrerista que Zapatero y sus acólitos celebraron en la localidad leonesa de Rodiezno el pasado fin de semana, muestra de un modo descarnado hasta qué extremo está dispuesto a llegar el presidente del Gobierno para no responder ante los ciudadanos de una crisis que se endurece a cada día que pasa. Lejos de encarar la situación y hacerse cargo de las imprescindibles reformas que hay que acometer para salir de la crisis en el medio plazo, Zapatero se enroca en un sindicalismo zafio cuyas recetas se han demostrado siempre letales para cualquier economía.

Zapatero parece desconocer una verdad tan elemental y en un momento difícil como el actual se agarra aún con más fuerza a sus supersticiones juveniles. A pesar de que los hechos están desmintiendo sus medidas anticrisis, todas muy “sociales” y centradas en el gasto público, lejos de rectificar da un paso más hacia el abismo, cuidando, eso sí de no abandonar la estética retroprogre que hace las delicias de lo más bizarro de su electorado.

Es bastante chocante que Zapatero apele al obrerismo cuando él siempre perteneció a la burguesía de León, lo mismo que Leire Pajín y Bibiana Aído, hijas de papá que, pese a todo, levantan el puño izquierdo mientras cantan La Internacional delante de obreros de verdad, de mineros de León que, ellos sí, en tiempos fueron clase obrera. Esto y no el desbarajuste de ideas que habita en la cabeza de Zapatero es lo peor del indigno espectáculo de Rodiezno. La impostura de creerse por un rato lo que no son ni han sido jamás, posando para la foto ataviados de proletarios en el país con más parados de Europa a los que se les prometen míseros subsidios con los que salir del paso. Si esta es la receta anticrisis del Gobierno Zapatero es seguro que tenemos crisis para muchos años.

Lo que realmente subyace detrás de toda la tramoya zapaterista de recuperación de las esencias de la izquierda más retrógrada es una falta crónica de soluciones para los problemas que aquejan al país. El progresismo español, que ha conseguido conquistar las mentes gracias a su hegemonia en los medios de comunicación y en las universidades, es un yermo de ideas. Más allá del obrerismo de salón y del keynesianismo académico totalmente desautorizado en la teoría y en la práctica, el socialismo no tiene nada que ofrecer. Tal vez por eso Zapatero pone tanto énfasis en representaciones teatrales como la de Rodiezno, tal vez por eso la crisis vaya a durar mucho más de lo que nos tememos.

Y ahí, en esa representación tan obscena, zafia e insultante vemos el espíritu democrático de lo que han socavado las instituciones, de lo que usan la Fiscalía a su conveniencia, de los enterradores de Montesquieu, los que han politizado la Justicia, se han cargado la separación de poderes y han puesto en peligro la integridad nacional saltándose la Carta Magna y la legalidad, y es que estos "demócratas de toda la vida" que tan bien vivieron en el Régimen anterior y medraron gracias al cacique del turno del Movimiento ahora pretenden ir dando lecciones cuando lo que hacen es ponerse con el puño cerrado en alto, símbolo en nombre del que se han cometido las mayores atrocidades, salvajadas y barbaridades. A estos neopijo-progres del PSOE les faltó la camiseta de algún criminal como el Che para redondear la jornada campestre de reinvidicación de la tiranía mientras España se desengra entre el número de parados, la situación precaria de la economía trufada de mentiras como los inexsitentes brotes verdes y la irresponsabilidad de Zapo y sus acólitos de turno. Qué triste.

Anónimo dijo...

Los esclavos sin pan, de pie

He aquí una foto que habría complacido sobremanera las obsesiones simétricas del detective Adrian Monk. Todo está exquisitamente ordenado: a la izquierda, como corresponde, dos históricos, dos clásicos descamisados: Alfonso Guerra y José Ángel Fernández Villa. A la derecha, dos nínfulas* del nuevo socialismo: Leire Pajín y Bibiana Aído. Los cuatro están con el puño en alto y pañuelo sanferminero al cuello. El pañuelo rojo será siempre sanferminero desde que la primera ministra de Cultura de Zapatero se quedó pasmá al ver que en los Sanfermines todos los mozos vestían igual:

"Si quieres que te sea sincera, pensé que se vestían así cuatro, los que vemos por la tele corriendo el encierro. Pero todos vamos con uniforme, es fantástico."

En medio, la sobriedad del líder: sencilla camisa blanca y brazos caídos a lo largo de los costados, en una posición de firmes algo flácida.

En el momento en que está captada la foto, los cinco personajes están cantando 'La Internacional' que en su versión socialista arranca con dos versos escasamente descriptivos de los hechos:

"Arriba, los pobres del mundo.
En pie, los esclavos sin pan".

Versos, que, si bien se mira, revelan la superior cualificación de la izquierda para las metáforas. El columnista Ignacio Camacho cuenta en ABC que:

"En el anual aquelarre de izquierdismo de hollín los socialistas procuran olvidar que los abuelos de esos mineros de mirada fiera organizaron una sangrienta rebelión contra la Segunda República, y disimulan con verbo inflamado la realidad de que a la mayoría del auditorio lo reconvirtió González -con Guerra de vicepresidente- en un colectivo de prejubilatas. Por eso siempre se aseguran de prometerles una subida de las pensiones; trabajo hace tiempo que no tienen."

* El término 'nínfula' no está recogido en el DRA., Desde aquí propongo su inclusión, no sólo como muchacha muy joven, que es como la define el Manuel Seco, sino como una afortunada síntesis de los términos 'ninfa' e 'ínfula', ninfa con ínfulas.

Anónimo dijo...

Helos ahí, en fiera pose de defensores del obrero, a los amigos del clan de Intermoney, que no es sociedad filantrópica, a los que conceden 140.000 millones de dinero público a la banca sin condiciones, a los campeones del paro y a los que formaron y respaldaron gobiernos que perpetraron el gran saqueo de las arcas. Hasta se atreven a cantar lo de los parias de la tierra y a levantar el puño, aunque la nueva guardia no sabe: Pajín y Aído lo hacen como si hubieran cogido una mosca al vuelo y no quisieran soltarla.

Cuanto se ve y se escucha en las aldeas Potemkin que el PSOE levanta es fruto de una memoria hurtada. Con ella teje un imaginario virtuoso que recubra los vicios de su pasado reciente: las largas vacaciones durante el franquismo; la corrupción felipista, para la que buscan ahora compensación y revancha; y la ruina que dejó aquella época dorada de poder incontestable. Es el suyo un constante ejercicio de olvido y, más que eso, de sustitución de un recuerdo por otro. El partido se blanquea y también los individuos. Alfonso Guerra ya no sabe quién fue y lanza arengas contra los corruptos. De la Vega cree que su padre, alto cargo del franquismo, fue un represaliado. Maru Menéndez no contará que formó en las azules filas de Fuerza Joven. Y así tantos otros.

En la farsa de Rodiezmo todo es incongruencia e impostura. No podía ser otro el resultado de la apropiación de la estética de los antiguos luchadores de la izquierda por quienes sólo han luchado para colocarse. Pero así es como tratan de simular una ética. Trucos de los señoritos proletarios.

Ay, qué diría la izquierda progre si fuese uno el que apareciese brazo en alto haciendo el saludo romano, pues bien, aunque ningún representante político haga esto último, no se le cae su epíteto más reiterativo y menos original de "facha". Sin embargo, esta izquierda que se la da supuestamente de moderna, vanguardista y socialdemócrata no tiene reparo en cantar la Internacional con el puño cerrado en alto haciendo gala de toda la simbología propia del comunismo o del socialismo real. Parece que todavía hay algún partido, y no se trata de la iU fagocitada por el PSOE ni de un grupo extraparlamentario, sino del grupo en el gobierno que añora cierto totalitarismo que costó un millón de muertos el siglo pasado. Así no es de extrañar que reivindiquen al Frente Popular y los crímenes perpetrados por éste, o que mantener excelentes relaciones con dictadores como los hermanos Castro, que aspiren a continuar el legado del neomarxismo populista que extiende el infam de Chávez, o que sientan irrefrenables simpatía por otros totalitarismos hermanos o amigos como el de Ahmanideyad, sumando así características como el antisemitismo, el proteccionismo o el nacionalismo del nacionalsocialismo. Recogen lo peor de cada tiranía, la propaganda goebbelsiana, el histrionismo, la demagogia, el populismo y la parafernalia mussoliniana y la simbología estalinista del Padre del "archiepiélago Gulag" denunciado, entre otros, por Alexander Solzhenitsyn, ante las críticas de esa progresía deseoa del intervencionismo de corte totalitario, que ansía las páginas más negras del siglo pasado, que sólo sabe mirar atrás, una izquierda caduca, rancia, desnortada y trasnochada tras la caída del Muro de Berlín, que en vez de fijarse en el laborismo de Blair o en la moderación de una socialdemocracia aceptable, se han agarrado al populismo bananero latinoamericano, a las tiranías socialistas y comunistas, viendo con benevolencia en sus años de gobierno desde bandas asesinas marxista-leninistas como las de sus hombre de paz hasta países teocráticos donde impera el islamismo radical de corte fascista. Por sus frutos los conoceréis... y ahí tenemos la muestre con su pose orgullosa reivindicando sin sonrojarse tan siquiera una de las tiranías más execrables de nuestra historia contemporánea.

Anónimo dijo...

La escenificación con puño levantado del señor Guerra y las chicas de las Juventudes es tan anacrónica como rechazable para la memoria histórica de millones y millones de muertos -incluido muchísimos socialdemócratas- en la URSS o en la China de Mao. Jugar con signos totalitarios, brazo en alto o puño cerrado, es impropio de quiénes representan a partidos democráticos.

Anónimo dijo...

Levanta el puño, Pajín

Di que sí, que no hay que disimular lo que se es. En esto gana el PSOE de tu Zapatero al de González, con aquella jugada de me voy pero para volver, de quitamos la referencia al marxismo para engatusar al personal y nos hacemos más marxistas estratégicos. A tu izquierda, Pajín, la entusiasta Aído, límpida axila. Siempre la foto.

Te dices orgullosa de tu tradición puñera, la de Stalin, Mao, Pol Pot, Castro y visitantes oportunistas en septiembre. Cada uno con su propia carga, pero todos salvadores de los pobres haciendo pobres a todos hasta la enajenación del derecho a la propia vida. Son las ventajas de la memoria, la que desprecia la Historia por trasnochada y se esparce jubilosa por las praderas de la interpretación. Esa memoria selectiva que no se acuerda de los millones de víctimas proletarias por el bien del proletariado, ni de las guerras imperialistas contra el imperialismo, ni de los terrorismos de Estado, o las chorizadas partidistas, tan cercanos a ti en la foto.

Otras tradiciones tienen lo suyo, pero creo que en el empeño sistemático de disfrazar los hechos para justificarse y trasladar la responsabilidad histórica a los demás, en eso la tuya del puño es única. Una guerra civil, si la organizan los del puño, pasa a llamarse lucha de clases. Una deportación y un exterminio masivo de disidentes o meros sospechosos de serlo, en los demás es genocidio, en la tradición del puño es depuración de responsabilidades por actividades contra el pueblo. Una guerra internacional promovida puño en alto no es una guerra, es la defensa de la paz internacional. El sometimiento ideológico de las naciones no es imperialismo, es liberación de los pueblos; la dictadura del puño es “democracia popular”.

Hay que levantar el puño, Pajín, que cuando vienen mal dadas lo mejor son los símbolos para enfervorizar al personal. Verdadera lástima, que todos sufrimos, el que tus símbolos no sean los comunes a todos; pero, claro, ya dijo tu jefe que esos eran opinables. Tu jefe, el Gran Conducátor, que no va a dar la batalla de las palabras y por eso ahora llama “gran crisis” a la no-crisis, y os manda a levantar el puño amenazante. Rodiezmo no era un paripé, era la foto de la amenaza del puño dispuesto a golpear al adversario trastocado en enemigo, al disconforme motejado de traidor, al ciudadano rebajado a objeto de ingeniería social.

Anónimo dijo...

Efectivamente, cada cual da "el significado que quiera" a lo del mitin socialista del puño en alto en Rodiezmo, como dicen las miembras del famélico orfeón. Es imposible pensar, por ejemplo, que la treintañera ministra de Igual Da Bibiana Aído o la no menos vernal secretaria de Organización del PSOE Leire Pajín tuviesen la más mínima noción histórica, política o reivindicativa de lo que estaban haciendo con su mano crispada, porque salieron en probeta de la sede del partido al organismo oficial (Pajín volvió en el mismo vehículo, tras bajar del avión transcontinental en que la montó Zapatero, de nuevo a la sede del partido), sin pasar entre medias por el trabajo ni pisar la calle. Ni la fábrica. Ni mucho menos la mina. Por no pisar, estas guardianas del Feministo no han pisado jamás ni suelo.

Más que interpretando un papel tardío y coral en la película Novecento o componiendo una ilustración para alguna novela de Emilio Zola, este par de perlas cultivadas de la ingeniería social (¿alguien recuerda que Josep Borrell ya teorizó en un libro sobre esta particular isla Utopía socialista, de la que saldrían estas resultantes, hace ya muchos años?) daban una impresión tan poco propia que, durante la escenificación de "la internacional", parecían estar agarrándose dificultosamente a la barra del coche de línea tras haber disfrutado de unas bien regadas fiestas del pueblo, con un descolocado pañuelo rojo de acabar de correr las vaquillas o de asaltar embozadas alguna comisaría nocturna como "pijiborrokas". ¿O tal vez aquello de solevar el ala colectivamente era un anuncio de desodorante? Ya ven, señoritas Pajín y Aído, como nos acercamos bastante al preciso significado que creen ustedes que tuvo lo suyo.
Porque en realidad eso es lo insoportable. La ausencia total de lecturas que podemos sacar de la imagen. La atónita postmodernidad insignificante en su más hinchada expresión (Pajín traía un no sé qué de la faz de Felipe González en la época en que se le hinchaba el morrillo y se le achinaban los ojos con las inyecciones de cortisona). La ausencia de motivos, políticos o de cualquier otra clase, en esas rosas sonrisas húmedas de niñas satisfechas, aisladas de las asechanzas del mundo real y confiadas de su futuro en una España que a lo mejor no lo tiene. Se sabían parte del espectáculo hueco, tan hiriente para la burguesía como un belén viviente a cargo de alumnos de los escolapios, y no recomendaron a los parias de la Tierra que si no tenían pan comieran croissants porque nadie les puso una alcachofa delante.