PSOE: el reto de la “Generación P”
Los dirigentes, y en especial los más jóvenes, generan nuevas ilusiones y la esperanza de incorporar también nuevas formas de trabajar y relacionarse con el entorno y la sociedad en un momento de fuertes cambios políticos, económicos, culturales e institucionales. Si lo hacen de la misma manera que los anteriores, ¿qué valor añadido aportan al proyecto?
La remodelación del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, y la elaboración de las listas del PSOE al Parlamento europeo, han constituido algo más que una mera reforma del Gobierno. Han supuesto el paso adelante de una nueva generación política que asume responsabilidades centrales tanto en el partido como en el grupo parlamentario. El paso de José Blanco al Gobierno, dejando el día a día del partido en manos de Leire Pajín, y la elección de Eduardo Madina como Secretario General del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, suponen que “la generación de los 30 años” asume la responsabilidad de pilotar los mandos de la nave socialista en un momento de especial dificultad e incertidumbre y con una precaria mayoría parlamentaria.
En marzo de 2008, el PSOE renovó la confianza de la mayoría de los ciudadanos españoles para continuar su programa de gobierno basado en el desarrollo económico, la extensión de derechos y el aumento de la protección social. Un año después, el escenario se ha complicado: la crisis financiera internacional ha derivado en una crisis económica y social en toda Europa y que está siendo especialmente virulenta en España con la destrucción de miles de puestos de trabajo cada día. Una crisis que genera una honda preocupación e inseguridad sobre nuestro futuro individual y sobre nuestros proyectos colectivos. Inseguridad que genera desconfianza hacia el que gobierna, más allá de sus responsabilidades directas sobre la crisis.
El Partido Popular no va a cejar en el empeño de proclamar el “Apocalipsis” en España, culpando de todos los males planetarios a José Luis Rodríguez Zapatero y a su Gobierno. Y los partidos minoritarios venderán caro, muy caro, su apoyo a cada una de las iniciativas que se planteen en las Cámaras. Así, el PSOE tiene que hilvanar una delicadísima estrategia política de diálogo y negociación con los partidos, al tiempo que requiere de una estrategia de comunicación e información pro-activa con los interlocutores sociales y la ciudadanía. Un ejercicio que requiere desplegar toda la creatividad política posible, al tiempo que necesita de la complicidad y de la participación de todas las capacidades disponibles en el seno del Partido Socialista.
Y para tener éxito hacen falta “virtud y fortuna”, como escribía Maquiavelo. La fortuna depende de muchos factores, pero la virtud, la capacidad de liderar el proyecto, depende en buena medida de ellos y de sus entornos. Tienen preparación y experiencia, pero necesitan ser humildes y continuar aprendiendo de todos y de todo. Tienen capacidad demostrada, pero requieren del concurso, de la complicidad y del compromiso de aquellos que les han precedido, de aquellos que les acompañan y de aquellos que les siguen detrás. Tienen aptitudes, pero necesitan desplegar y demostrar que tienen las actitudes apropiadas para digerir y gestionar la inabarcable complejidad de la tarea que se les encomienda. Y necesitan tiempo, un bien más bien escaso, ya que las necesidades aprietan, para demostrar que son capaces de sacarlo adelante.
Thierry Mallet ha denominado "el quinto poder" a la nueva legión de usuarios compuesta por diferentes clases sociales y segmentos edades interconectadas a través de los nuevos medios. La aparición de la “Generación P” -la generación de la participación-, compuesta por millones de personas conectadas a través de las nuevas tecnologías de la comunicación y de los micro medios, abre interesantes posibilidades para que los jóvenes dirigentes puedan estar conectados e interactuar con los cuadros del partido, con los militantes y con los diferentes sectores sociales y profesionales que demandan nuevas respuestas a los nuevos problemas.
Los dirigentes, y en especial los más jóvenes, generan nuevas ilusiones y la esperanza de incorporar también nuevas formas de trabajar y relacionarse con el entorno y la sociedad en un momento de fuertes cambios políticos, económicos, culturales e institucionales. Si lo hacen de la misma manera que los anteriores, ¿qué valor añadido aportan al proyecto?. El simple hecho de ser jóvenes no garantiza nada por sí solo. Necesitamos liderazgos generadores y multiplicadores de ideas, de valores y de actitudes, liderazgos que aporten ilusión y compromiso. Porque lo importante no es quien manda, sino el sentido que los que dirigen le dan a la acción política. Ulrich Breck escribió que la renuncia a la utopía significaba la renuncia al poder, ya que supone un cheque en blanco al abandono de la política. Y así es: porque solo quien es capaz de entusiasmarse y de entusiasmar, es capaz de ganar apoyos y de conquistar el poder para ponerlo al servicio de un proyecto colectivo basado en la mejora de toda la sociedad.
Leire, Eduardo o Carme, generan ilusión y expectativas. Ahora necesitamos que sean capaces de liderar un proyecto que vertebre y refuerce el sentido y el compromiso de lo que hacemos y defendemos. Porque liderar tiene más que ver con la construcción de una relación basada en valores compartidos que con el lugar que se ocupa. Porque liderar significa compartir y movilizar en una dirección. Su reto es nuestro reto, así que estamos dispuestos a compartirlo con ellos para lograr el objetivo más importante de todos: aproximarnos a un mundo donde desarrollo y libertad vayan de la mano. Alcanzar un mundo que genere más cohesión social, donde se vean reducidas las desigualdades y donde se propicien la sostenibilidad de nuestro entorno y la equilibrada viabilidad de nuestras sociedades. Cuestiones que, como ha escrito el Premio Nobel de Economía Amartya Sen, están en nuestras manos.
Pau Solanilla es asesor en temas europeos. Ha sido Secretario General de los Jóvenes Socialistas Europeos.
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