miércoles, 18 de febrero de 2009

EDUCACIÓN OPUSCOPAL


Qué lamentable es saber, que después de los muchos años que llevamos luchando por la igualdad entre hombres y mujeres, e incluso, de las personas que han muerto por ese derecho, ahora tenemos que ver, como colegios quieren volver a educar separando a los niños de las niñas, aparte de los ya existentes en España, sesenta para ser exactos. Esto de por sí, es preocupante de concebir, pero si además le añadimos que la mayoría de ellos están financiados con dinero público, ya se nos hace imposible su digestión.

Tengo que admitir mi asombro a estas informaciones, pues pensé que estas normas que nos impusieron en el pasado, habían quedado suficientemente demostradas que fueron desastrosas para nuestra cultura y sociedad.

La Ley Orgánica de Educación (LOE) lo deja claro en su artículo 84.3: "En ningún caso habrá discriminación por nacimiento, raza, religión, (...) o sexo".
Son muchas las voces que reclaman acabar con las subvenciones públicas a estos colegios (la confederación de padres CEAPA, CCOO, STES-i, FETE-UGT, la Confederación MRP, el Sindicato de Estudiantes y CANAE), que han lanzado un manifiesto contra esta segregación becada. Andalucía y Galicia ya han anunciado que dejarán de ayudar a los colegios que mantengan esa disciplina, y Cataluña y Navarra, con toda probabilidad, no financiarán ninguno más de los que ya tienen. Sin embargo la Consejería de Educación de Castilla y León dice que segregar por sexos es legal “así lo dijo el Supremo el año pasado, pero también que las administraciones pueden negarles la subvención por ello”, y defiende la libertad de elección de los padres. En esto, estamos de acuerdo, los padres que quieran el retroceso mental de sus hijos, que lo mantengan.

La mayoría de estos colegios están vinculados al Opus Dei, y el resto, no andarán mucho más lejos. Defienden esta actitud, asegurando que las niñas rinden más que los niños, y que así podrán “atender más específicamente a la diversidad entre el hombre y la mujer, que tienen la misma dignidad y los mismos derechos, pero presentan diferencias que afectan a toda su persona”. ¡Por supuesto que hay diferencias!, ¡Pero solo las lógicas por naturales!, ¡las físicas!. No creo que el problema (si es que existe), de que los chicos avancen menos, sea por relacionarse y tener espacios comunes con las chicas. No podemos permitir enmascarar su anacrónica ideología para medir el nivel cultural de nuestros jóvenes. ¡Así, no se evoluciona!. Y a las pruebas me remito. Los curas se forman en los seminarios y las monjas en los conventos, cuando salen de allí, sus mentes se han retrotraído hasta la época del quinqué y el orinal. Esos años son los que la iglesia añora y no asume como perdidos, por eso intenta, con trabajo de hormiguita, volver a ganar los terrenos perdidos. Como echan de menos los tiempos en que se aprovechaban y alimentaban de la incultura de los ciudadanos para mantenerlos subordinados con su religión.
Aquellos maravillosos años…, en los que su más ferviente admirador, Francisco Franco, les dio una ley hecha a su medida, pues lo que les entregaba, era, “Poder”.

Ley de enseñanza de 17 de julio de 1945:
“La nueva ley invoca entre sus principios inspiradores, como el primero y más fundamental, el religioso. La escuela española ha de ser, ante todo, católica (...) Se reconoce a la Iglesia el derecho que de manera superinminente, e independiente de toda potestad terrena, le corresponde para la educación por títulos de orden sobrenatural, y la potestad que le compete, acumulativamente con el estado, de fundar escuelas de cualquier grado, y, por tanto, primarias y del magisterio, con carácter de públicas y en armonía con la naturaleza jurídica de la iglesia como sociedad perfecta y soberana".

No se que será lo siguiente que quiera recupera la caverna eclesiástica, quizá vuelvan a resucitar la imagen de Pilar Primo de Rivera, para institucionalizar a las chicas en la “Sección Femenina” y volverlas a instruir en buenas patriotas, buenas cristianas y buenas esposas, relegando su papel como mujeres independientes a una subordinación total al hombre. Y a los chicos cambiarles la “Wi” por los patrióticos y católicos ¿tebeos?, los “Flechas y Pelayos”.

¡Y que tengamos que oír, que Educación para la Ciudadanía es un adoctrinamiento…!.
Algo que por fin ya ha desestimado el Tribunal Supremo. Haber para cuando, la derecha y la iglesia ejercen ese patriotismo que tanto veneran, empezando por cumplir con todas las leyes.

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