Pasó el 15 de Noviembre y Zapatero acudió a la cumbre del G-20 celebrada en Washington. Ha luchado mucho para que España también estuviese allí representada, pues los problemas heredados del neoliberalismo con la crisis mundial lo hacían totalmente necesario. Su trabajo y empeño ha obtenido una muy buena recompensa, ha dado voz y voto a un país que antes allí no lo tenía y ha puesto encima de la mesa la urgente necesidad de ayudar a los países subdesarrollados, ya que su problema de “hambre” se verá mucho más acusado.
Al contrario que al resto de los mortales, a la derechona española la ha sabido muy mal, es más, se les ha atragantado el echo de que sea Zapatero el que se relacione con el resto de líderes mundiales. No ha habido felicitaciones, ni reconocimientos, se han dedicado a lo único que saben hacer, a insultar, desprestigiar y hacer su oposición facilona y sin argumentos. Para el señor Póns lo más importante era saber delante de que bandera se sienta España, para el secretario general europeo del PP, Antonio López Istúriz, Zapatero es un “provinciano” que se comporta “como un niño pequeño con caramelito”, y para Arenas Bocanegra, su partido “plantea todos los días lo que han acordaron los líderes mundiales en la cumbre del G-20” y que “España debe acudir a esos foros por derecho propio y con la bandera por delante”.
¡¡Pero que obsesión con la bandera!!, ¡¡ Que llamen a la mujer de Pedro J. y les haga unos cuantos trajes con ella!!, ¡¡ La bandera no nos da de comer, ni soluciona el paro, ni amortigua la crisis!!, prefieren que no avancemos, para que este Gobierno no se lleve más logros, ni elogios. Llamar “provinciano” (sinónimo de pueblerino) a Zapatero, de la forma que lo han hecho ellos, es ofensivo hacia todos los ciudadanos que habitan en los pueblos de esa !!España con Bandera!!, a los cuales demuestran no tener el más mínimo respeto tratándoles de mediocres e incultos. Por otra parte, está bien, que cada vez que se sienten postergados a un segundo plano, la envidia les haga sacar sus verdaderos pensamientos.
España no ha acudido al G-20 por derecho propio, porque, cuando en 1999 se constituyó esta formación con motivo de la crisis financiera de los noventa, a Aznar le parecieron unos mindundis y se le quedaba muy pequeño, él quería entrar en el G-8, y su inteligencia desmedida y su ansia de poder, nos dejó… fuera de los dos y sin ninguna bandera, ni siquiera la Europea, y nadie le insultó.
José Luis Rodríguez Zapatero, no solo ha conseguido arreglar lo que otros infravaloraron, sino que varios países han anunciado y reconocido la necesidad de que España debe entrar a formar parte de esa cumbre.
Zapatero lo está haciendo bien, los rebotes y la debilidad de la derecha lo demuestran.
Al contrario que al resto de los mortales, a la derechona española la ha sabido muy mal, es más, se les ha atragantado el echo de que sea Zapatero el que se relacione con el resto de líderes mundiales. No ha habido felicitaciones, ni reconocimientos, se han dedicado a lo único que saben hacer, a insultar, desprestigiar y hacer su oposición facilona y sin argumentos. Para el señor Póns lo más importante era saber delante de que bandera se sienta España, para el secretario general europeo del PP, Antonio López Istúriz, Zapatero es un “provinciano” que se comporta “como un niño pequeño con caramelito”, y para Arenas Bocanegra, su partido “plantea todos los días lo que han acordaron los líderes mundiales en la cumbre del G-20” y que “España debe acudir a esos foros por derecho propio y con la bandera por delante”.
¡¡Pero que obsesión con la bandera!!, ¡¡ Que llamen a la mujer de Pedro J. y les haga unos cuantos trajes con ella!!, ¡¡ La bandera no nos da de comer, ni soluciona el paro, ni amortigua la crisis!!, prefieren que no avancemos, para que este Gobierno no se lleve más logros, ni elogios. Llamar “provinciano” (sinónimo de pueblerino) a Zapatero, de la forma que lo han hecho ellos, es ofensivo hacia todos los ciudadanos que habitan en los pueblos de esa !!España con Bandera!!, a los cuales demuestran no tener el más mínimo respeto tratándoles de mediocres e incultos. Por otra parte, está bien, que cada vez que se sienten postergados a un segundo plano, la envidia les haga sacar sus verdaderos pensamientos.
España no ha acudido al G-20 por derecho propio, porque, cuando en 1999 se constituyó esta formación con motivo de la crisis financiera de los noventa, a Aznar le parecieron unos mindundis y se le quedaba muy pequeño, él quería entrar en el G-8, y su inteligencia desmedida y su ansia de poder, nos dejó… fuera de los dos y sin ninguna bandera, ni siquiera la Europea, y nadie le insultó.
José Luis Rodríguez Zapatero, no solo ha conseguido arreglar lo que otros infravaloraron, sino que varios países han anunciado y reconocido la necesidad de que España debe entrar a formar parte de esa cumbre.
Zapatero lo está haciendo bien, los rebotes y la debilidad de la derecha lo demuestran.
foto: El Pais
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