Después de vivir la campaña electoral de las europeas y habiendo ejercido el derecho al voto que nos otorga nuestra honorable democracia, llega el momento, de hacer lectura y evaluar los resultados de los partidos políticos.
El PSOE considera que ha obtenido un porcentaje “digno”, ya que la crisis ha pasado peor factura a los gobiernos de otros países aún siendo de derechas, y los socialistas españoles han conseguido ser el partido socialista más votado de Europa.
“Digno”, esta palabra realza su actitud como Gobierno y como partido. Han entendido que los españoles siguen confiando en su política, pero también han recogido la llamada de atención para que no bajen la guardia y mantengan la máquina social trabajando al cien por cien.
Del otro lado, tenemos al partido de la oposición, PP, que lejos de practicar un poco de objetividad, se mantienen volando en el avión al que han estado subidos durante la campaña, y el hecho de haber ganado y solo perdido un escaño desde las anteriores europeas, les ha llevado a creer que tienen a los españoles comiendo de su mano, alardeando de ser la mejor opción política y poniendo en tela de juicio la legitimidad de Zapatero como Presidente. No es que se confundan, no, saben perfectamente que no tiene nada que ver estos resultados con unas generales o municipales, pero después de estar una legislatura y pico en los abrevaderos, necesitan que la ciudadanía les tenga en cuenta por algo más que no sea corrupción, imputados, espionajes, mentiras y enfrentamientos chulapos entre miembros de su partido.
En esa confianza electoral, se ha omitido el engaño en el que se han visto envueltos un centenar de inmigrantes a los que se les prometió un puesto de trabajo y sin darles más explicaciones, les subieron a un autobús, les colgaron la banderita, el bocadillo y los llevaron al mitin que el PP, con Rajoy a la cabeza, celebraba en Valencia para “arropar” al imputado en los flecos del caso Gürtel y Presidente valenciano Francisco Camps, luego los trajeron de vuelta a su casa, y si te he visto, no me acuerdo. Había que llenar la plaza de toros como fuera, y una de las opciones (desconocemos si ha habido otras), ha sido aprovecharse de las carencias que sufren los inmigrantes como forma de abarrotar sus propias miserias. Todo vale para guardar las apariencias y fingir un ambiente de normalidad y apoyo, incluso con las malas artes caciquiles que siempre les han rodeado.
El PSOE considera que ha obtenido un porcentaje “digno”, ya que la crisis ha pasado peor factura a los gobiernos de otros países aún siendo de derechas, y los socialistas españoles han conseguido ser el partido socialista más votado de Europa.
“Digno”, esta palabra realza su actitud como Gobierno y como partido. Han entendido que los españoles siguen confiando en su política, pero también han recogido la llamada de atención para que no bajen la guardia y mantengan la máquina social trabajando al cien por cien.
Del otro lado, tenemos al partido de la oposición, PP, que lejos de practicar un poco de objetividad, se mantienen volando en el avión al que han estado subidos durante la campaña, y el hecho de haber ganado y solo perdido un escaño desde las anteriores europeas, les ha llevado a creer que tienen a los españoles comiendo de su mano, alardeando de ser la mejor opción política y poniendo en tela de juicio la legitimidad de Zapatero como Presidente. No es que se confundan, no, saben perfectamente que no tiene nada que ver estos resultados con unas generales o municipales, pero después de estar una legislatura y pico en los abrevaderos, necesitan que la ciudadanía les tenga en cuenta por algo más que no sea corrupción, imputados, espionajes, mentiras y enfrentamientos chulapos entre miembros de su partido.
En esa confianza electoral, se ha omitido el engaño en el que se han visto envueltos un centenar de inmigrantes a los que se les prometió un puesto de trabajo y sin darles más explicaciones, les subieron a un autobús, les colgaron la banderita, el bocadillo y los llevaron al mitin que el PP, con Rajoy a la cabeza, celebraba en Valencia para “arropar” al imputado en los flecos del caso Gürtel y Presidente valenciano Francisco Camps, luego los trajeron de vuelta a su casa, y si te he visto, no me acuerdo. Había que llenar la plaza de toros como fuera, y una de las opciones (desconocemos si ha habido otras), ha sido aprovecharse de las carencias que sufren los inmigrantes como forma de abarrotar sus propias miserias. Todo vale para guardar las apariencias y fingir un ambiente de normalidad y apoyo, incluso con las malas artes caciquiles que siempre les han rodeado.
El PP palentino no se ha quedado atrás, y siguiendo las mismas directrices que han mostrado en Génova, Carlos Fernández Carriedo, presidente provincial de los populares palentinos, ha salido a los medios para celebrar el resultado y asegurar que tienen muy cerca poder arrebatar la alcaldía a Heliodoro Gallego. Como dice el refrán, “De ilusiones vive el hombre”. Saben que Gallego se les hace inalcanzable, que carecen de candidato que pueda hacer sombra al socialista y mucho menos que pueda convencer a una ciudadanía acostumbrada a que les gobierne una persona cercana a sus problemas y solicitudes.
Conscientes del suprrealismo que les envuelve, han decidido que van a trabajar un poquito, no para los ciudadanos, sino, para intentar aumentar su número de afiliados y acercarse mas a los jóvenes. ¿A qué jóvenes?, ¿A los mismos que se tienen que marchar de la comunidad para poder labrarse un futuro porque la Junta los olvida?, ¿A los mismos que se les niega educación sexual, píldora del día después, aborto…. a cambio de ofrecerles religión y castidad?.
Antes de llevar a cabo estas pretensiones, deberán hacer acto de contrición, vivir de cerca los problemas que tiene la gente de a pié, y actualizar sus mentes al siglo XXl, para poder acercarse a unos jóvenes, a los que tienen olvidados y estigmatizados por no practicar sus retrógradas ideas.
Tanto PSOE como PP, deberían hacer la lectura de la alta abstención en estas elecciones, al igual que los demás países europeos, al final, y aunque sea triste reconocerlo, la abstención ha sido la clara ganadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario