miércoles, 22 de octubre de 2008

GARZON, CERRANDO HERIDAS


El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, ha querido anticiparse a la Navidad trayendo un regalo envuelto en papel de justicia y con forma de auto procesal para las familias de los muertos y asesinados durante la Guerra Civil y la represión franquista. También supone un motivo de celebración para todos los que en nuestras ideas y formas de ver y entender la vida no tiene cabida la sin razón de cualquier tipo de violencia. Esta se hace aún más difícil cuando somos conocedores del desprecio, humillaciones, torturas, fusilamientos y toda la barbarie que cometió la dictadura de Franco contra todo aquel que fuera o tendría que ver con los “rojos”, ese fue su único y gran pecado, como así queda recogido en el auto dictado por Garzón: "La acción desplegada por las personas sublevadas y que contribuyeron a la insurrección armada del 18 de julio de 1936, estuvo fuera de toda legalidad y atentaron contra la forma de gobierno (delitos contra la Constitución, del Título Segundo del Código Penal de 1932, vigente cuando se produjo la sublevación), en forma coordinada y consciente, determinados a acabar por las vías de hecho con la República mediante el derrocamiento del Gobierno legítimo de España, y dar paso con ello a un plan preconcebido que incluía el uso de la violencia, como instrumento básico para su ejecución". Esta era la única ley que regia durante el gobierno del golpista y dictador, “O estás conmigo, o estás contra mí”, y ejerciendo ese derecho que se auto concedió, mantuvo durante cuarenta años a la izquierda sumergida en la desgracia, el dolor y el mutismo político si querían seguir conservando su vida y la de los suyos.
El 27 de junio de 1936, Jay Allen, corresponsal del Chicago Daily Tribune hizo una entrevista a Franco, en la que el periodista le preguntó, durante cuánto tiempo se prolongarían las matanzas ahora que el golpe había fracasado, a lo que el dictador contestó con firmeza: "No puede haber ningún acuerdo, ninguna tregua, salvaré a España del marxismo a cualquier precio". A esta respuesta Jay le replicó: “¿Significa eso que tendrá que fusilar a media España?”, Francisco Franco muy sonriente le respondió: “He dicho a cualquier precio”.
Ya sabemos que estas afirmaciones fueron llevadas a cabo con la misma rotundidad que las pronunció. Ahora, somos nosotros los que queremos decir, que por fin ha sido reconocido por la justicia y demostrado, que este señor y esos otros 34 jefes militares, son unos asesinos y que así quedará reflejado en la historia de España. Se hace necesario que se retiren las placas de calles y plazas que aún llevan el nombre de él y de todos los que le acompañaron. Hoy en día todavía hay muchas ciudades donde se le considera Alcalde de Honor, (en Salamanca se lo han dado a perpetuidad), Hijo Adoptivo o Predilecto y concesiones de Medallas de Honor ¡QUÉ VERGÜENZA!. Con la ley en la mano y reconocidos los delitos cometidos, todos estos falangistas (hoy muy populares) deberán acatar las leyes o también habrá que permitir que en el país vasco pongan los nombres de etarras a sus calles, (tan asesinos son unos, como los otros). No voy a decir nada sobre los disparates que la derecha está brindando al juez Garzón, porque ya se retratan ellos solos (aunque lo retendré siempre en mi memoria), me conformo con ver la rabia y la desazón que les envuelve, necesitan mantener a las víctimas en las fosas para seguir sintiendo y demostrando que ganaron aquella guerra, por eso siguen luchando, porque también necesitan ganar esta.
No se sabe muy bien en que quedará este procedimiento, se está intentando frenar por varios frentes, sobre todo los neoconservadores, aunque también llama la atención lo poco que se han querido mojar otros. Aún así, es muy importante que alguien haya tomado la decisión de ayudar a los familiares del “exterminio rojo“.
El director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán, manifestó su satisfacción por las acciones emprendidas, y estima que este tipo de delitos están considerados como crímenes contra la humanidad.
Quiero dar las gracias a José Luis Rodríguez Zapatero y a su Gobierno por elaborar la Ley de la Memoria Histórica, a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y a todos los familiares que llevan luchando durante tantos años por encontrar los restos de sus seres queridos, y ahora también al juez Baltasar Garzón, por querer dar a Francisco Franco el calificativo y el lugar que le corresponde.
Muchos son los que piden dignidad y justicia para las víctimas. Yo solo reclamo justicia, dignidad siempre tuvieron, es más, murieron por ella. Los únicos que la perdieron fueron sus verdugos.
fotos: Baltasar Garzón-Estrella Digital
www.Tu.tv

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