
La reforma de la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo, que el PSOE quiere reconocer y garantizar como un “Derecho” justo y necesario para las mujeres, es un intachable impulso al avance social, el cual, está dejando sin aliento a lo más retrógrado de nuestro ámbito político y por supuesto, a ese espectro cristiano-católico, que mantienen el machismo y la misoginia dentro de su reaccionario credo como mandato de dios.
Hace un par de días se celebró una manifestación en Madrid organizada por diferentes grupos pro-vida, con el argumento de que era contra la ley “IVE”, pero no nos engañemos, lo que allí se coreaba era contra el aborto en general, y contra el Gobierno socialista, no contra ninguna reforma. El abanico de cifras de asistentes ha sido tan desorbitante como grotesco. Hemos pasado de los imposibles dos millones contabilizados por la organización, a la rebajilla (también imposible) del millón doscientos mil de la comunidad de Madrid, pasando por doscientos cincuenta mil de la policía, hasta llegar a los “55.316” (con un error del 15%), que ha registrado la empresa especializada en estos eventos “Lynce”, aplicando objetividad, y sin tener ninguna afinidad (Fue referencia para TeleMadrid el Día del Orgullo Gay). La diferencia resulta tan abusiva como ofensiva.
Entre la multitud se diluían varios diputados y senadores del PP, a los que también se sumó la presencia del más ególatra y peor presidente de la democracia española, Aznar, que haciendo alarde de su necesidad personal por esos lares, se atrevió a proclamar el derecho a la vida. Él, que en ocho años de gobierno no lo tocó. ¿Qué legitimidad cree tener este personaje cuando por su egocentrismo y basándose en mentiras metió a España en una guerra ilegal en la que murieron y siguen muriendo miles de personas llenas de vida?. Civiles o militares, que mas da cuando estamos hablando de la defensa de la “VIDA”. A él si que se le alzaron dos millones de personas por Madrid para clamarle por la vida de los que iban a morir en Irak. Aún hoy en día, sigue diciendo que no se arrepiente y que volvería a hacerlo. Sus despropósitos y catadura moral no dejan ninguna duda, la vida de los nacidos o no nacidos le importa un bledo, pero el triunfo de Zapatero y los socialistas le supera. Pobrecito Aznar, lo que le queda por sufrir.
Otro que regaló sonrisas a diestro y siniestro, fue Jaime Mayor Oreja, igual de marrullero y mentiroso que Aznar. Este señor aseguró no hace mucho, lo plácidamente que se vivía con Franco. Un dictador genocida que quiso erradicar de España una ideología con el tiro en la nuca, ¿Esos no tenían derecho a la vida?, ¿o es que la vida de los rojos no se contabiliza?.
Ahora Mayor Oreja, haciendo gala de flagelación se ha auto inculpado ante sus fieles por “mirar hacia otro lado con el aborto cuando Gobernaron”. Pues que sepa, que a los ojos de su creencia e ideología, pesan sobre su cabeza 500.000 asesinatos, o así es como los llamaban en la manifestación. Solo un ¡hipócrita, pendenciero, incoherente y cobarde! puede tener tanta cara.
Soraya Sáenz Santamaría asegura que presentarán una enmienda de devolución a la reforma de la Ley, y si sale del Parlamento en sus términos actuales, la recurrirá ante el Tribunal Constitucional. Rajoy ahora dice que cuando gobierne su partido popular modificará esa ley. ¡annnnngelito!, ¿todavía mantiene la esperanza de ser algún día el Presidente de España?. Ya no sabe a qué negarse o sumarse para que no se hable de la corrupción que salpica al PP. Últimamente se apunta a un bombardeo con tal de que la corrupción deje de ocupar primeras páginas. Muy difícil lo tiene.
¿Y los católicos?, ¿Cuándo van a dejar de imponernos su
doctrina?, ¡ya está bien!, que ellos practiquen y cumplan con su fe, se la respetamos, ¡pero que no nos la exijan a todos los demás como opción única y absoluta!. El Presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, afirma que “la vida solo es de dios”, ¡¡que dios!!, ¿el mismo que cerró los ojos cuando la iglesia practicaba la inquisición?, ¿el que cayó cuando el clero se postraba y adulaba a Hitler?, ¿y a Franco?. Para los que creen que el cielo existe, también tiene que haber infierno y todos estos que en la tierra se cuelgan el crucifijo, purgarán sus pecados con el del rabo rojo para toda la eternidad.
Aprobar la reforma de la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo no obliga a nada ni a nadie, esta es la gran diferencia que hay entre derechos y totalitarismos. Los que apoyamos esta necesaria reforma no estamos a favor del aborto, de la misma forma que no hay nadie que esté a favor de la amputación de un brazo, pero en caso de necesidad todos apoyamos que esa persona tenga el amparo de las instituciones.
La evolución de esta ley es un derecho de autonomía para las mujeres y necesaria para toda la sociedad. Todo es mucho más sencillo de lo que nos quieren imponer los decimonónicos político-religiosos.
Como dice Rajoy, España ha hablado, y ocho de cada diez españoles han decidido apoyar la interrupción voluntaria del embarazo como un derecho para las mujeres. A ver si se entera.
Hace un par de días se celebró una manifestación en Madrid organizada por diferentes grupos pro-vida, con el argumento de que era contra la ley “IVE”, pero no nos engañemos, lo que allí se coreaba era contra el aborto en general, y contra el Gobierno socialista, no contra ninguna reforma. El abanico de cifras de asistentes ha sido tan desorbitante como grotesco. Hemos pasado de los imposibles dos millones contabilizados por la organización, a la rebajilla (también imposible) del millón doscientos mil de la comunidad de Madrid, pasando por doscientos cincuenta mil de la policía, hasta llegar a los “55.316” (con un error del 15%), que ha registrado la empresa especializada en estos eventos “Lynce”, aplicando objetividad, y sin tener ninguna afinidad (Fue referencia para TeleMadrid el Día del Orgullo Gay). La diferencia resulta tan abusiva como ofensiva.
Entre la multitud se diluían varios diputados y senadores del PP, a los que también se sumó la presencia del más ególatra y peor presidente de la democracia española, Aznar, que haciendo alarde de su necesidad personal por esos lares, se atrevió a proclamar el derecho a la vida. Él, que en ocho años de gobierno no lo tocó. ¿Qué legitimidad cree tener este personaje cuando por su egocentrismo y basándose en mentiras metió a España en una guerra ilegal en la que murieron y siguen muriendo miles de personas llenas de vida?. Civiles o militares, que mas da cuando estamos hablando de la defensa de la “VIDA”. A él si que se le alzaron dos millones de personas por Madrid para clamarle por la vida de los que iban a morir en Irak. Aún hoy en día, sigue diciendo que no se arrepiente y que volvería a hacerlo. Sus despropósitos y catadura moral no dejan ninguna duda, la vida de los nacidos o no nacidos le importa un bledo, pero el triunfo de Zapatero y los socialistas le supera. Pobrecito Aznar, lo que le queda por sufrir.
Otro que regaló sonrisas a diestro y siniestro, fue Jaime Mayor Oreja, igual de marrullero y mentiroso que Aznar. Este señor aseguró no hace mucho, lo plácidamente que se vivía con Franco. Un dictador genocida que quiso erradicar de España una ideología con el tiro en la nuca, ¿Esos no tenían derecho a la vida?, ¿o es que la vida de los rojos no se contabiliza?.
Ahora Mayor Oreja, haciendo gala de flagelación se ha auto inculpado ante sus fieles por “mirar hacia otro lado con el aborto cuando Gobernaron”. Pues que sepa, que a los ojos de su creencia e ideología, pesan sobre su cabeza 500.000 asesinatos, o así es como los llamaban en la manifestación. Solo un ¡hipócrita, pendenciero, incoherente y cobarde! puede tener tanta cara.
Soraya Sáenz Santamaría asegura que presentarán una enmienda de devolución a la reforma de la Ley, y si sale del Parlamento en sus términos actuales, la recurrirá ante el Tribunal Constitucional. Rajoy ahora dice que cuando gobierne su partido popular modificará esa ley. ¡annnnngelito!, ¿todavía mantiene la esperanza de ser algún día el Presidente de España?. Ya no sabe a qué negarse o sumarse para que no se hable de la corrupción que salpica al PP. Últimamente se apunta a un bombardeo con tal de que la corrupción deje de ocupar primeras páginas. Muy difícil lo tiene.
¿Y los católicos?, ¿Cuándo van a dejar de imponernos su
Aprobar la reforma de la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo no obliga a nada ni a nadie, esta es la gran diferencia que hay entre derechos y totalitarismos. Los que apoyamos esta necesaria reforma no estamos a favor del aborto, de la misma forma que no hay nadie que esté a favor de la amputación de un brazo, pero en caso de necesidad todos apoyamos que esa persona tenga el amparo de las instituciones.
La evolución de esta ley es un derecho de autonomía para las mujeres y necesaria para toda la sociedad. Todo es mucho más sencillo de lo que nos quieren imponer los decimonónicos político-religiosos.
Como dice Rajoy, España ha hablado, y ocho de cada diez españoles han decidido apoyar la interrupción voluntaria del embarazo como un derecho para las mujeres. A ver si se entera.